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Teología Sistemática: Dios 5. LAS OBRAS DE DIOS.


Por: Vincent Cheung


Aunque la Biblia nos presente un Dios trascendente, ella también nos recuerda que él está profundamente envuelto en los asuntos del universo y de la humanidad, comenzando en su inicio con la enseñanza respecto de la CREACIÓN (101) del universo por él. Génesis 1 y 2 contienen el relato histórico en el cual Dios produce la tierra, las estrellas, las estaciones, la vida de las plantas y todas las especies de animales. La corona de su creación es el hombre, a quien él hizo a su propia imagen. Estaremos estudiando la creación y la naturaleza del hombre en el próximo capitulo.

Dios creó el universo ex nihilo, o “de la nada”. Ningún material preexistente estaba disponible cuando él creó el universo, mas él creó toda la materia por su palabra y su poder:

"¡Sólo tú eres el Señor!

Tú has hecho los cielos,

y los cielos de los cielos

con todas sus estrellas.[2]

Tú le das vida a todo lo creado:

la tierra y el mar

con todo lo que hay en ellos.

¡Por eso te adoran los ejércitos del cielo! (Nehemias 9:6)


Por la palabra del Señor fueron creados los cielos,

y por el soplo de su boca, las estrellas. (Salmos 33:6)

"Así dice el Señor, tu Redentor,

quien te formó en el seno materno:

Yo soy el Señor,

que ha hecho todas las cosas,

yo solo desplegué los cielos

y expandí la tierra.

¿Quién estaba conmigo? (Isaías 44:24)

"¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible. (Jeremías 32:17)

porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él. (Colosenses 1:16)

Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. (Hebreos 11:3)

"Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas." (Apocalipsis 4:11).

Solo Dios existía antes de haber creado él todas las cosas – excepto él mismo, todas ellas fueron hechas por él. Juan escribe en su Evangelio: “todas las cosas vinieron a la existencia por medio de él, y aparte de él ni siquiera una sola cosas vino a la existencia” (Juan 1:3, TNM). Todo lo que hay fuera de Dios, absolutamente, debe su existencia a él.

Dios no dejó al universo existir por si mismo, visto que este de hecho no puede, sino que continuamente él sustenta su existencia y activamente gobierna su operación. No es una opinión bíblica la que dice que Dios creó el universo con ciertas leyes que gobiernan su operación. La posición bíblica es la de que Dios está sustentando el universo continuamente, y controlando hasta el más diminuto evento dentro de él. En otras palabras, este universo, en su integridad, esta siendo gobernado por una mente personal en vez de leyes y poderes impersonales (102).

Esta es la doctrina de la PROVIDENCIA de Dios. Los teólogos distinguen la PROVIDENCIA GENERAL y la PROVIDENCIA ESPECIAL de Dios. La primera se refiere a su control y supervisión precisos (103) de los eventos que él causa a través de medios ordinarios. El último alude a su control e intervención precisos de los eventos que él causa mediante medios extraordinarios. Juntos, la providencia general y la especial de Dios abarcan todo evento que ocurre.


Pablo escribe que Dios Padre, a través de la intervención de Dios Hijo, había creado no solamente todas las cosas “visibles e invisibles”, sino que “él es antes de todas las cosas, y todo en él subsiste” (Colosenses 1:17). Cristo es anterior a toda la creación, y aun ahora él está sustentando sin interrupción el universo entero. Dios había creado el universo por su palabra, y precisamente ahora él está “sustentando todas las cosas por su palabra poderosa” (Hebreos 1:3). Pablo observa en Hechos 17:28: “pues en él vivimos, nos movemos y existimos”.

Aprendemos de aquí que todos los seres contingentes deben no solamente venir a la existencia por Dios a través de su poder creativo, sino que ellos pueden continuar existiendo solamente por su poder sustentador, visto que solo él es auto-existente. Nada puede existir separado de Dios, y las pretensiones de autonomía, sean en cualquier nivel, por las cosas creadas, están excluidas.

Mas allá de preservar la existencia de su creación, Dios también gobierna y causa todo aspecto de ésta. Ni siquiera un animal aparentemente insignificante puede morir a parte de su querer (Mateo 10:29). Esto implica que toda está sujeta a su gobierno, mas hay muchos otros pasajes bíblicos que describen la extensión y el alcance de su supervisión sobre la creación:

Fue Dios quien me envió aquí, y no ustedes. Él me ha puesto como asesor[c] del faraón y administrador de su casa, y como gobernador de todo Egipto…

Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. (Génesis 45:8. 50:20)

Engrandece o destruye a las naciones; las hace prosperar o las dispersa.

Priva de sensatez a los poderosos, y los hace vagar por desiertos sin senderos.

Andan a tientas en medio de la oscuridad, y se tambalean como borrachos. (Job 12:23-25)

Los días del hombre ya están determinados; tú has decretado los meses de su vida; le has puesto límites que no puede rebasar. (Job 14:5)

Dios gobierna a las naciones y les da comida en abundancia. (Job 36:32)

Espera un poco, Job, y escucha; ponte a pensar en las maravillas de Dios. (Job 37:15)

Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes. (Job 42:2)

Porque del Señor es el reino; él gobierna sobre las naciones. (Sal 22:28)

Dios reina sobre las naciones; Dios está sentado en su santo trono (Sal 47:8)

La exaltación no viene del oriente, ni del occidente ni del sur, (Sal 75:6)

sino que es Dios el que juzga: a unos humilla y a otros exalta. (Sal 75:7)

Haces que crezca la hierba para el ganado, y las plantas que la gente cultiva para sacar de la tierra su alimento: (Sal 104:14)

Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos.

(Sal 139:15-16)

Él cubre de nubes el cielo, envía la lluvia sobre la tierra y hace crecer la hierba en los montes. Él alimenta a los ganados y a las crías de los cuervos cuando graznan.

(Sal 147:8-9)

Si lo ha determinado el Señor Todopoderoso, ¿quién podrá impedirlo? Si él ha extendido su mano, ¿quién podrá detenerla?

(Isaías 14:27)

Cuando él deja oír su voz, rugen las aguas en los cielos; hace que vengan las nubes desde los confines de la tierra. Entre relámpagos hace llover, y saca de sus depósitos al viento.

(Jeremías 10:13)

Señor, yo sé que el hombre no es dueño de su destino, que no le es dado al caminante dirigir sus propios pasos.

(Jeremías 10:23)

Yo, con mi gran poder y mi brazo poderoso, hice la tierra, y los hombres y los animales que están sobre ella, y puedo dárselos a quien me plazca. Ahora mismo entrego todos estos países en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y hasta las bestias del campo las he puesto bajo su poder. Todas las naciones le servirán a él, y a su hijo y a su nieto, hasta que también a su país le llegue la hora y sea sometido por numerosas naciones y grandes reyes.

(Jeremías 27:5-7)

Él cambia los tiempos y las épocas, pone y depone reyes. A los sabios da sabiduría, y a los inteligentes, discernimiento.

(Daniel 2:21)

»Los santos mensajeros han anunciado la decisión, es decir, el veredicto, para que todos los vivientes reconozcan que el Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos humanos, y que se los entrega a quien él quiere, y hasta pone sobre ellos al más humilde de los hombres.

(Daniel 4:17)

Ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tomado en cuenta. Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.

(Daniel 4:35)

Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?

(Mateo 6:26)

En efecto, en esta ciudad se reunieron Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y con el pueblo[s] de Israel, contra tu santo siervo Jesús, a quien ungiste para hacer lo que de antemano tu poder y tu voluntad habían determinado que sucediera.

(Hechos 4:27-28)

Sin embargo, no ha dejado de dar testimonio de sí mismo haciendo el bien, dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferas, proporcionándoles comida y alegría de corazón.

(Hechos 14:17)

Ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. De un solo hombre hizo todas las naciones[e] para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios.

(Hechos 17:25-26)

Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.

(Filipenses 2:13)

Que Dios ejerza tal control preciso y extremo sobre toda la creación es perturbador para muchas personas, incluyendo algunas que alegan ser cristianas. Por lo tanto, a menudo intentan distorsionar los pasajes bíblicos relevantes para justificar una falsa teología que les permita mantener el sentido de libertad y dignidad que ellos atesoran por encima de la verdad y de la honra de Dios.

Pero procurar estar libre de Dios es algo malo. Aquellos que lo aman están contentos de que él posea control absoluto sobre todo. Ellos pueden decir con Isaías 33:22: “pues el SEÑOR es nuestro juez, el SEÑOR es nuestro legislador, el SEÑOR es nuestro rey; es el que nos va a salvar”. Ellos son osados en decir entre las naciones: “¡El SEÑOR reina!” (Salmo 96:10).

Aunque todo esté bajo el control providencial directo de Dios, hay épocas cuando su poder involucrado es especialmente evidente, tanto que podemos describir cada una de estas ocasiones como una intervención divina. Tales ocurrencias son distintas de su gobierno ordinario del curso natural de los eventos, pero son casos en los que Dios escoge usar medios extraordinarios para ejecutar sus propósitos. Son algunas veces tan espectaculares de modo que son llamados “milagros”. Las obras de su providencia especial también incluyen las de la redención, pero visto que en un capitulo posterior nos dirigiremos al asunto de la salvación, aquí solamente focalizaremos sus actos milagrosos.

La Biblia testifica de un Dios que efectúa milagros y opera maravillas:

¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses? ¿Quién se te compara en grandeza y santidad? Tú, hacedor de maravillas, nos impresionas con tus portentos.

(Éxodo 15:11)

Él realiza maravillas insondables, portentos que no pueden contarse.

(Job 9:10)

Porque tú eres grande y haces maravillas; ¡sólo tú eres Dios!

(Salmos 86:10)

Den gracias al Señor omnipotente; su gran amor perdura para siempre. Al único que hace grandes maravillas; su gran amor perdura para siempre.

(Salmos 136:3-4)

Jesús obro tantos milagros durante su tiempo en la tierra que lo milagroso fue reconocido como una característica prominente de su ministerio: Él les contestó: —Vayan y díganle a ese zorro: “Mira, hoy y mañana seguiré expulsando demonios y sanando a la gente, y al tercer día terminaré lo que debo hacer.”

(Lucas 13:32)

Al ver a Jesús, Herodes se puso muy contento; hacía tiempo que quería verlo por lo que oía acerca de él, y esperaba presenciar algún milagro que hiciera Jesús.

(Lucas 23:8)

»Pueblo de Israel, escuchen esto: Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante ustedes con milagros, señales y prodigios, los cuales realizó Dios entre ustedes por medio de él, como bien lo saben.

(Hechos 2:22)

Jesús hizo también muchas otras cosas, tantas que, si se escribiera cada una de ellas, pienso que los libros escritos no cabrían en el mundo entero.

(Juan 21:25)

Los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban.

(Marcos 16:20)

Todos estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que realizaban los apóstoles.

(Hechos 2:43)

Por medio de los apóstoles ocurrían muchas señales y prodigios entre el pueblo; y todos los creyentes se reunían de común acuerdo en el Pórtico de Salomón.

(Hechos 5:12)

En todo caso, Pablo y Bernabé pasaron allí bastante tiempo, hablando valientemente en el nombre del Señor, quien confirmaba el mensaje de su gracia, haciendo señales y prodigios por medio de ellos.

(Hechos 14:3)

Dios hacía milagros extraordinarios por medio de Pablo, a tal grado que a los enfermos les llevaban pañuelos y delantales que habían tocado el cuerpo de Pablo, y quedaban sanos de sus enfermedades, y los espíritus malignos salían de ellos.

(Hechos 19:11-12)

No me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para que los gentiles lleguen a obedecer a Dios. Lo ha hecho con palabras y obras, mediante poderosas señales y milagros, por el poder del Espíritu de Dios. Así que, habiendo comenzado en Jerusalén, he completado la proclamación del evangelio de Cristo por todas partes, hasta la región de Iliria.

(Romanos 15:18-19)

Las marcas distintivas de un apóstol, tales como señales, prodigios y milagros, se dieron constantemente entre ustedes.

(2 Corintios 12:12)

¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor, y los que la oyeron nos la confirmaron. A la vez, Dios ratificó su testimonio acerca de ella con señales, prodigios, diversos milagros y dones distribuidos por el Espíritu Santo según su voluntad.

(Hebreos 2:3-4)

Los cristianos modernos también están autorizados a dar testimonio de Cristo a través de la predicación del evangelio acompañada de señales milagrosas:

Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas; tomarán en sus manos serpientes; y cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos recobrarán la salud.»

(Marcos 16:17-18)

A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás. A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento; a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas. Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina.

(1 Corintios 12:7-11).

Los adversarios del cristianismo rechazan el sobrenaturalísmo bíblico, negando la propia posibilidad de milagros. Ahora, todo argumento procede de una cosmovisión dada, y no del vació. Y si el cristianismo es una verdadera cosmovisión, la única que lo es, y si ella es verdadera enteramente, (104) entonces todo argumento que presuponga otra cosmovisión no tiene justificación, y toda afirmación que contradiga cualquier presuposición bíblica debe ser falsa. ¿De donde se originan las teorías de epistemología y metafísica contrarias al origen de los milagros? Ciertamente, no de aquella misma cosmovisión (NT: Cristiana), y de este modo fallan antes de comenzar. Si la Biblia es toda verdadera, entonces lo que ella dice acerca de la creación y de la providencia también lo es.


Notas:

(101) La creación de Dios incluye las cosas “invisibles”, tales como los Ángeles, y la esfera espiritual.

(102) Esta opinión bíblica del universo significa un rechazo de todas las teorías que atribuyen el control de las vidas humanas y de los eventos del mundo a fuerzas impersonales, de modo que todas las enseñanzas sobre astrología, karma, y así en adelante son negadas. La ciencia mecanicista también esta excluida.

(103) El sentido intencionado aquí es de causación, y no meramente de observación.

(104) Vea Ultimate Questions, de Vincent Cheung, y la seccion inicial del presente capitulo.

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