Exposiciones sobre Eclesiastés: Todo tiene su tiempo.
- Los pensadores
- 15 ago 2020
- 25 Min. de lectura
Por: Pr. Sugel Michelen
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor. He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres. Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. (Eclesiastés 3:1-15)
En el Año 1888 el poeta ingles William Ernest Henley, publico un poema sin titulo que luego seria conocido como “invicto”, y que no es otra cosa que un himno, una oda de exaltación al espíritu de lucha, al espíritu de resistencia del ser humano. El ex presidente sudafricano Nelson Mandela, llevo consigo una copia de este poema durante los más de 27 años que duro su encarcelamiento, la mayoría de ellos en la prisión de Robben Island. Como vimos recientemente en una película que se titulo precisamente de esta manera “invicto”. El poema dice en su última estrofa “que no importa cuan estrecha sea la puerta, ni cuan cargada de castigos la sentencia, soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”, en otras palabras, en el automóvil de mi existencia yo voy sentado en el asiento del conductor, no en el asiento del pasajero, yo soy el amo y el capitán de mi vida. ¿Es realmente así? ¿Es verdad que nosotros tenemos el control en nuestras manos? Salomón responde esta pregunta en el capitulo 3 del libro de Eclesiastés. Una de las porciones mas conocidas del libro, y por cierto es una de las porciones mas mal interpretadas. Este pasaje consta de dos partes: la primera los versículos 2 al 8 es un poema que gira en torno a la idea del tiempo, la palabra tiempo se repite 29 veces en los primeros 8 versículos del capitulo 3 y una vez mas en el capitulo 11 y luego Salomón nos da algunas observaciones de lo que él acaba de decir en el poema en los versículos 9 al 15. Ahora bien, ¿es este pasaje una exhortación para nosotros a hacer cada cosa en el momento apropiado como mucha gente cree que el pasaje enseña? Cada cosa debe ser hecha en su tiempo, en el momento oportuno (me decía alguien que en el colegio cristiano este versículo se usa mucho para decir a los niños “niños hay tiempo para hablar y hay tiempo para callar, cada cosa tiene su tiempo” y nosotros tenemos que tener la sabiduría necesaria para discernir cuando es el momento para hacer una cosa, cuando es el momento para hacer la otra), ese es un consejo muy sabio pero la pregunta es ¿Salomón esta hablando de eso aquí? Si observamos el pasaje con detenimiento veremos que todas las acciones descriptas en el poema: “nacer, morir, plantar, cosechar” todas ellas describen acciones humanas, acciones del hombre, sin embargo, también vemos en el pasaje que, a fin de cuentas, no es el hombre sino Dios el que tiene en sus manos el control. Por ejemplo en el versículo 10 dice que “es Dios quien asigna a cada cual el trabajo en el que debe ocuparse a lo largo de su vida”, en el versículo 11 dice que “Dios lo hizo todo hermoso en su tiempo y que por mas que el hombre se afane, no podrá entender del todo, que es lo que él ha venido haciendo desde el principio”, en el versículo 13 dice “que el hecho de que un hombre pueda disfrutar del fruto de su labor, eso es un regalo de Dios, no simplemente el resultado de su propia diligencia o de su propia capacidad”, en el versículo 14 dice “que todo lo que Dios hace es perpetuo y que él obra de cierta manera para hacer que los hombres teman delante de él” y finalmente en el versículo 15 dice “que Dios restaura lo que paso” o como dice la versión de las Américas “Dios busca lo que ha pasado”.
De manera que este pasaje no es un llamado para que el hombre trate de entender, trate de discernir, cuando es el momento apropiado para hacer las cosas, sino mas bien una poderosa declaración de la soberanía de Dios sobre todas las circunstancias de la vida del hombre. Nosotros no somos el amo de nuestro destino, nosotros no somos a fin de cuentas el capitán de nuestras almas. Hay un refrán que muchos conocemos “el hombre propone pero Dios dispone”, uno mas del campo dice “una cosa piensa el burro, y otra el que lo apareja”. Dios esta en control.
Nosotros podemos resumir la enseñanza de este pasaje en dos encabezados: 1-Salomón nos enseña aquí, que la soberanía de Dios lo abarca todo, desde lo más grande hasta lo más pequeño, desde lo más trivial hasta lo más trascendental. “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” (Eclesiastés 3:1) Nuestro Dios no solo creo todos los seres y cosas, sino que también gobierna su creación de tal manera, que todas las cosas ocurren en el momento preciso predeterminado por él, Pablo dice: “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad”, (Efesios 1:11). Todas las circunstancias de nuestras vidas se encuentran bajo el control providencial de Dios. Es por eso que alguien definió el tiempo, y esta definición me encanto, “el tiempo es un fragmento de la eternidad, dado por Dios al hombre como una solemne mayordomía” ¿Qué es el tiempo? Es un fragmento de la eternidad que Dios le da al hombre, para que el hombre lo administre. Se nos ha confiado un fragmento de la eternidad para que la administremos para la gloria de Dios. Pero él sigue siendo soberano sobre toda su creación, como vemos en el poema que sigue a continuación: en los versículos 4 al 8 encontramos 14 pares de actividades opuestas entre si, y juntas abarcan la diversas o multiformes experiencias de la vida del hombre sobre la tierra. “Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;” (Eclesiastés 3:2)
Toda la vida humana esta comprendida entre el nacimiento y la muerte, y tanto una cosa como la otra están en las manos de Dios. Nadie puede escoger ni el tiempo ni las circunstancias de su nacimiento, a nadie le consultaron para saber en que familia te hubiera gustado nacer, o en que país, o en que época, cada uno de esos detalles se encuentra bajo el control providencial de Dios. “Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre.” (Salmos 139:13) Él (Dios) escogió cual era el vientre en el que él iba a nacer. Así que, tu apellido fue escogido por Dios, tal vez tu querías ser Rothschild, pero eres Pérez (que se yo). Dios te hizo en el vientre de tu madre y cada cosa que trajeron tus genes, cada información que trajeron tus genes fue la que Dios quiso darte, “mi embrión vieron tus ojos” Salmo 139:16 “y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas sin faltar una de ellas”, nacimos cuando Él quiso que naciéramos y el día de nuestro funeral también fue decretado por Él.
Hablando de la vida del hombre dice Job: Ya que sus días están determinados, el número de sus meses te es conocido, y has fijado sus límites para que no pueda pasarlos. (Job 14:5)
Dios le puso un limite a nuestra vida, nacimos cuando Él quiso que naciéramos, y el día de nuestra muerte también esta bajo su control providencial. ¿Saben que es lo mas extraordinario de la providencia divina? Que Dios controla todas las cosas, gobierna todas las cosas, sin anular nuestra responsabilidad y sin dejar de tomar en cuenta nuestra iniciativa, “tu eres tu, y haces lo que tu quieres” y Dios controla eso, y hace que las cosas ocurran como él quiere haciendo que tu actúes como tu quieres.
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; (Eclesiastés 3:2) ¿Quién es el que planta, y quien es el que recoge la cosecha? El hombre, por supuesto, pero es Dios quien le da la capacidad para hacerlo, y es Dios el que determina si tu trabajo será fructífero o no, a parte de que la siembra y la cosecha deben adaptarse a los ciclos de la naturaleza establecidos por Dios, de lo contrario no tendremos fruto al final.
Miren la visión que tenia el salmista de la soberanía del control providencial de Dios:
Visitas la tierra, y la riegas;
En gran manera la enriqueces;
Con el río de Dios, lleno de aguas,
Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones. Haces que se empapen sus surcos,
Haces descender sus canales;
La ablandas con lluvias,
Bendices sus renuevos. Tú coronas el año con tus bienes,
Y tus nubes destilan grosura. Destilan sobre los pastizales del desierto,
Y los collados se ciñen de alegría.
(Salmos 65:9-12)
Todo eso lo hace Dios. Él es soberano. De igual manera dice en el versículo 3 “que hay tiempo de matar” refiriéndose probablemente a la pena capital, que Dios instituyo en Génesis 9:6. Hay tiempo en que Dios le ha dado al estado de quitarle la vida a alguien y hay tiempo de curar. Dos personas enferman con la misma enfermedad, uno muere la otra se cura, la pregunta es ¿Quién determina esto? Dice en Deuteronomio “Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano.” (Deuteronomio 32:39) .
También “hay tiempo de destruir y tiempo de edificar” nosotros vemos eso todo el tiempo, algunas cosas son edificadas, otras son destruidas, y ninguna de ellas escapa al control soberano de Dios, Él destruyo la torre de Babel, y Él le dio a Salomón la capacidad de construir el templo.
“hay tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de endechar y tiempo de bailar” (Versículo 4) en la providencia divina vendrán situaciones de gozo, vendrán situaciones de tristeza. Muchas veces te tocara reír y disfrutar de las cosas disfrutables de este mundo, mi amigo, otras veces te tocara llorar y lamentar. Y tanto una cosa como la otra se encuentran bajo el control soberano de Dios.
Dice en Lamentaciones:
¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó? ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno? (Lamentaciones 3:37-38)
De igual manera “hay tiempo de esparcir piedras, hay tiempo de juntar piedras”. La tierra de Palestina es una tierra muy pedregosa, de hecho, hay una leyenda que dice que “Dios le dio a un ángel un saco lleno de piedras para que la esparciera en el mundo entero, pero el ángel tropezó, y la mayoría de las piedras cayeron en Palestina”. Por lo que los agricultores tienen que limpiar el terreno, recoger las piedras antes de poder arar y plantar, de hecho, nosotros vemos en la misma Biblia que una de las estrategias que se usaban en tiempos de guerra, era sembrar de piedras el campo del enemigo, para que no pudiera cosechar (2Reyes 3:19) así que las cosas grandes, las cosas pequeñas, están contempladas en el decreto de Dios. “hay tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar”, como muchas veces los suegros tienen que recordarle a sus futuros yernos (este no es el tiempo de abrazar, espere la boda), “hay tiempo de buscar y tiempo de perder”(dice en el versículo 6), yo estoy seguro que la mayoría de ustedes ha tenido en algún momento de su vida que tomar la decisión de dar por perdida una cosa que se ha extraviado, la buscan pero en un momento dado tuviste que desistir, porque Dios decidió que siguiera perdida, NO la vas a encontrar. Y muy relacionado con esto dice al final del versículo 6 “que hay tiempo de guardar y hay tiempo de desechar”, alguien decía que este versículo nos da autoridad bíblica para vender todo lo que ya no se usa en casa, o para regalarlo a otro que lo necesite, no podemos retenerlo todo, todo el tiempo. “hay tiempo de romper y tiempo de coser”, ¿esto que significa? Bueno, en los días de Salomón, las personas solían rasgar sus vestidos cuando estaban atravesando por un periodo de profunda aflicción, así que, lo que Salomón nos esta diciendo allí, es que vendrán momentos en que el duelo será lo apropiado, “hay momento de rasgar las vestiduras”, hay momentos donde lo apropiado es el duelo, y vendrán otros momentos en que tendremos que seguir adelante con nuestras vidas, “hay tiempo para rasgar los vestidos, hay tiempo para remendarlos”. “hay tiempo de callar y tiempo de hablar”, tiempos en los que tendremos que esperar en silencio la salvación del Señor, en medio de una gran aflicción, como dice Lamentaciones 3:28 “Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso;” (Lamentaciones 3:28). Y tiempos en los que tendremos que hablar y clamar. “hay tiempos de amar y tiempos de aborrecer, hay tiempos de guerra y tiempos de paz” , ven hermanos que esto no es una exhortación para que nosotros sepamos cuando es el momento apropiado para hacer las cosas, eso no es lo que el pasaje nos esta enseñando, lo que Salomón esta reconociendo aquí es que las relaciones humanas también están contempladas en el control soberano de Dios. Hubo un tiempo en la historia de Israel, en que ellos fueron aborrecidos y esclavizados por los egipcios, y hubo otro tiempo en que Dios movió el corazón de esos mismos egipcios para que favorecieran al pueblo de Israel y le dieran gratuitamente joyas (“hay tiempo de aborrecer y tiempo de amar”), ¿Cuál es entonces la enseñanza de este pasaje? Que nada, absolutamente nada, desde lo más grande hasta lo más pequeño, desde lo más trascendental hasta lo mas trivial, nada escapa al control soberano de Dios, su providencia lo abarca todo.
¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. (Mateo 10:29-30)
Nuestro Dios no dejo el universo al garete (1), y mucho menos la vida del hombre sobre la tierra, él es rey de reyes, él es Señor de Señores, y ¿saben que? Él no tiene la menor intención de renunciar de su cargo, él seguirá siendo, por los siglos de los siglos, el amo de nuestro destino y el capitán de nuestras almas. A veces uno no lo ve, y no parece, pero él esta ahí. Hace unos años el Señor nos concedió a mi esposa y a mi poder hacer un viaje en barco y ¿saben que? Yo nunca vi al capitán, pero yo sabia que él estaba ahí, porque el barco iba donde tenía que ir. A veces nosotros no vemos a Dios pero el capitán esta ahí, tal vez nunca lo veas pero él esta ahí, puedes estar seguro de eso. Ahora la pregunta que debemos hacernos es ¿Cómo se supone que nosotros debemos reaccionar ante esta realidad? porque hay personas que pueden llegar a la conclusión que definitivamente Dios esta en control, por lo tanto la vida no vale la pena, no importa lo que yo haga, Dios es un tirano que esta en el cielo y yo no puedo contra él. Cuantos de ustedes han leído la novela Moby Dick, es una ballena blanca enorme, el capitán quiere matarla porque en un momento dado Moby Dick le quito de una mordida la pierna, y toda la novela de Herman Melville, es el afán de este hombre de matar a la ballena blanca. Lo que mucha gente no sabe es que Moby Dick no es en realidad una simple novela de aventuras, Moby dick es un tratado filosófico, Herman Melville llego a la conclusión de que Dios es soberano y no soportaba la soberanía de Dios, y quiso escribir un ensayo acerca de esto, “como yo me hago viviendo en un mundo en el que Dios es soberano, y en el que yo no quiero someterme a ese Dios”, Moby Dick no es otra cosa que una imagen del Dios soberano. Cuando Melville termino esta novela le escribió una carta a su amigo Nathaniel Hawthorne autor de “la letra escarlata” y le dijo, acabo de escribir una novela perversa, no es una simple novela de aventuras, es el hombre que se enfrenta ante la realidad de que Dios es soberano, “yo no puedo con Dios”, la pregunta es ¿Cómo debemos reaccionar ante la realidad de que todas las cosas que ocurren en la vida, todas las circunstancias de nuestra existencia están bajo el control soberano de Dios?
¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? (Eclesiastés 3:9)
Si toda nuestra vida se desarrolla bajo los designios de la providencia de Dios, ¿en verdad podemos por nosotros mismos cambiar el curso de los acontecimientos y hacer que las cosas ocurran como nosotros queremos que ocurran? ¿De verdad tenemos esa capacidad?
Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos. (Eclesiastés 9:11), dentro del marco de la soberanía de Dios. ¿Quieres tu decir que da lo mismo, lo que hagamos en la vida, o lo que dejemos de hacer, porque al final de cuentas será lo que será? No, de hecho en este mismo pasaje de Eclesiastés 9:10 Salomón dice “todo lo que te viniere a la mano para hacer hazlo según tus fuerzas”, y unos versículos mas adelante dice “que la sabiduría es mejor que las armas de guerra” porque los hombres sabios tomaran buenas decisiones y las buenas decisiones suelen producir buenos resultados.
Ahora lo que este pasaje nos esta enseñando es que creer que las cosas dependen enteramente de ti, tarde o temprano te llenara de confusión y de angustia porque nuestra vida depende de un montón de factores que nosotros no controlamos. Un virus de gripe puede echar a tierra el plan mejor planificado, no somos el capitán de nuestras almas, el destino de nuestra vida no esta en nuestras manos. El punto al que Salomón nos quiere llevar aquí no es al fatalismo, lo que Salomón quiere es que nosotros reconozcamos humildemente que nuestro Dios tiene un plan, que nosotros debemos someternos con mansedumbre al plan de Dios en la misma medida en que nos ocupamos con responsabilidad, con diligencia de las cosas que él ha puesto a nuestro cuidado.
Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. (Eclesiastés 3:10)
Dios nos ha dado una tarea que hacer, esto es parte de su plan, todos nosotros tenemos una labor y debemos hacerla con diligencia pero sigue siendo su plan, y ese plan es hermoso, es perfecto, es apropiado.
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. (Eclesiastés 3:11), el plan de Dios es perfecto, él todo lo hizo hermoso en su tiempo. El problema es que nosotros no podemos percibir claramente la belleza de ese plan, porque nuestra perspectiva de las cosas es sumamente limitada y sumamente fragmentada, nosotros queremos entender la totalidad de lo que Dios esta haciendo pero no podemos. Eso es a lo que Salomón se refiere en el versículo 11 cuando dice que “Dios ha puesto eternidad en el corazón de los hombres, pero aun así no alcanzamos a entender la obra que él ha venido haciendo desde el principio”, como bien ha dicho alguien “ nosotros nos parecemos a los miopes que avanzan a tientas a través de un lienzo, de un cuadro de bastas proporciones, en nuestro afán por llegar a captar hasta los mas mínimos detalles de su diseño”, nosotros distinguimos lo suficiente como para poder reconocer en parte la cualidad de su textura, pero el diseño total del cuadro escapa a nuestra percepción, nunca podemos distanciarnos lo necesario como para poder contemplar el cuadro como Dios lo ve, él esta viendo el todo, nosotros vemos una pequeña parte. Y ese es el gran problema del hombre sin Dios, él desea comprender cual es el sentido y propósito de todo lo que sucede a su alrededor pero siempre termina en un callejón sin salida, le faltan piezas para armar el rompecabezas. Estamos atrapados en el tiempo, pero tenemos eternidad en el corazón, y esa es la razón por la que ninguna cosa de este mundo puede proveernos satisfacción permanente. Yo se que esta frase se ha dicho mucho pero porque se diga mucho no deja de ser verdad, “tu y yo tenemos en el corazón un hueco del tamaño de Dios” tu puedes tratar de llenarlo con sabiduría, con títulos académicos, con placeres, con diversiones, con riquezas, con posesiones, fama, popularidad, ese hueco es del tamaño de Dios. Nada lo va a llenar excepto Dios. Me encanta como lo dice C S Lewis en su libro “mero cristianismo” “ si encuentro en mi mismo un deseo que nada de este mundo puede satisfacer, la explicación mas probable es que fui hecho para otro mundo… si ninguno de mis placeres terrenales lo satisface, eso no demuestra que el universo sea un fraude, probablemente los placeres terrenales nunca estuvieron destinados a satisfacer esos deseos sino ha excitarlos, a sugerir lo autentico” y en otro lugar en otro libro Lewis describe este anhelo en el corazón del hombre como “el olor de una flor que nunca hemos encontrado, el eco de una melodía que nunca hemos escuchado, las noticias de un país que no hemos visitado todavía”
Dios ha puesto eternidad en tu corazón. Te cuesta creer que algún día estarás en un ataúd, te cuesta creer que esta vida sea todo lo que hay, ¿sabes porque? Porque esta vida no es todo lo que hay. Algún día entenderemos plenamente lo que no podemos entender ahora, pero mientras tanto Salomón nos da 3 consejos aquí: en primer lugar nosotros debemos hacer todo el bien que el Señor nos conceda hacer a lo largo de nuestra vida, “Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida;” (Eclesiastés 3:12) todo evangélico sabe que la Biblia enseña que la salvación no es por obras, la salvación es únicamente por medio de la fe, pero ¿saben que? La Biblia también enseña claramente que nosotros fuimos salvados por Dios para “buenas obras”, buenas obras que Dios ha preparado de antemano para que atuviésemos en ellas y en Tito dice: “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” (Tito 2:14) descansar en la soberanía de Dios, no debe llevarnos a la pasividad, todo lo contrario, porque Dios lo hizo todo hermoso en su tiempo, cada creyente debe gozarse en ser parte de este plan, haciendo con diligencia la labor que le corresponde en el tiempo que Dios le ha provisto. Piense en esto por un momento “Dios todo lo hizo hermoso en su tiempo” él quiso que tu nacieras en esta época, él te puso en la tierra en este momento para que tu hagas algo, tu eres parte de su plan. Eso no debe llevarte a cruzarte de brazos, eso debe llevarte a querer hacer lo que Dios quiere que tú hagas, dice Daniel: “Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará”. (Daniel 11:32) no es un pueblo pasivo, se esforzara y actuara, por otra parte dice Salomón debemos gozarnos en disfrutar las cosas disfrutables de esta vida mientras podamos disfrutarlas.
y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor. (Eclesiastés 3:13) La capacidad de disfrutar las cosas legitimas que este mundo ofrece, es un regalo de Dios. A veces voy en el auto oyendo una buena música, (mucha gente sabe que yo soy un fanático de Johann Sebastian Bach) y muchas veces me he visto a mi mismo llorando escuchando a Bach, simplemente alabando a Dios y dando gloria a Dios, por haberle dado a este hombre la capacidad de componer música tan hermosa, y haberme dado la capacidad de poder oírla, es un don de Dios, un regalo de Dios. En vez de hacer un ídolo de esas cosas, debemos alabar a Dios, debemos darle gracias a Dios por permitirnos disfrutarlas dentro de los parámetros establecidos por él. Recuerda la historia de las dos muchachas, sus novios están en el extranjero, cada 15 días llega el cartero con una carta del novio, una de ellas siempre esta ansiosa de que llegue el día 15 para recibir carta del novio, la otra también esta ansiosa porque se enamoro del cartero. Este es el problema de muchas personas, están enamoradas del cartero. Las cosas que Dios nos permite disfrutar en este mundo, son cartas de amor enviadas por Dios, para que nosotros las recibamos con las manos llenas y demos gracias a dios y alabemos a Dios por esas cosas, no para que hagamos un ídolo de ellas, no para que nos enamoremos del cartero.
Finalmente Salomón nos aconseja en este pasaje, que dejemos a Dios ser Dios, ¿Cómo? Aceptando reverentemente su soberanía sobre el tiempo y la eternidad.
He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres. Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. (Eclesiastés 3:14-15) Este texto es clave para entender esta porción del libro de Eclesiastés y todo el libro. Lo que Salomón esta diciendo aquí es que todo lo que Dios hace será perpetuo, en el sentido de que nadie puede alterar lo que él a decretado, nadie puede alterar los decretos de Dios, nada ni nadie puede frustrar sus planes. Dice Nabucodonosor : Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? (Daniel 4:35) y Dios ha decretado que mientras dure la existencia del hombre sobre la tierra, tendrá que pasar por las mismas experiencias que el resto de los mortales ha tenido que pasar a través de la historia, esta es la enseñanza del versículo 15. Permítame leerles este texto de la NVI: Lo que ahora existe, ya existía; y lo que ha de existir, existe ya. Dios hace que la historia se repita. (Eclesiastés 3:15) “Dios hace que la historia se repita”. ¿Debemos entonces cruzarnos de brazos y sentarnos a esperar que las cosas sucedan? Por supuesto que no. Pero si debe llevarnos esta enseñanza a someternos con mansedumbre al control soberano de Dios, debemos someternos con mansedumbre y reverencia. Dice el versículo 14 que Dios hace las cosas como las hace para que los hombres teman delante de él. Contemplar a Dios ejerciendo su soberanía en el mundo, haciendo una obra extraordinaria que nosotros no entendemos del todo, eso debe llevarnos a postrarnos en reverencia, en asombro, en admiración delante de Dios, ¿pero que clase de Dios es este? Nuestro Dios esta llevando a cabo un plan sumamente complejo, y aunque muchas cosas que nos ocurren, no parecen en el momento tener ni pies ni cabeza, ¿saben que va a pasar al final? Vamos a contemplar extasiados que ciertamente él hizo todo hermoso en su tiempo. Tratemos de visualizar por un momento la repercusiones que tienen las acciones de los seres humanos, imagínese que cada acción de un ser humano es como una piedra que cae en un estanque de agua, los niños saben que cuando tiramos una piedra a un estanque de agua, hay ondas que se forman a partir de esas piedras y si tiramos mas de una piedra las ondas de una van a chocar con las ondas de la otra, son innumerables las repercusiones que cada acción en cada ser humano tiene en la vida de otros. Esto es algo de lo que nosotros mismos no estamos concientes, pero vivimos afectando a otros, para bien o para mal. Ahora, vamos a suponer que en vez de una piedra sean 10 piedras las que han caído en el estanque y tratemos de visualizar como la ondas de estas 10 piedras interactúan una con otra, pero que tal, si en vez de 10 fueran 100 piedras o 1000 piedras o 1 millón de piedras, o 6 billones de piedras en un estanque, esto nos da una idea aproximada de la enorme complejidad de la providencia divina que gobierna cada una de esas ondas, todo para su gloria y para el bien de su pueblo, ¿te lo puedes imaginar? Y todo eso, sin eliminar en absoluto la responsabilidad humana, esto es lo mas complejo de esto, el hombre no es un robot, es un ser creado a la imagen de Dios, con voluntad, con autodeterminación, con emociones. Cuando el hombre toma una decisión es su decisión, es lo que él deseaba hacer, él es responsable de lo que hace, sin embargo, Dios sigue siendo soberano, y su plan será llevado a cumplimiento. Cuando los hermanos de José, vendieron a José, lo hicieron porque lo odiaban, lo hicieron por envidia, ellos hicieron lo que quisieron, ¿saben lo que hizo Dios? Dios dejo que los hermanos de José obraran conforme a la impiedad de su corazón, Dios dejo que la envidia de ellos siguiera su curso, porque la envidia de los hermanos de José, iba a llevar a cabo el plan de Dios. Y finalmente José tiene que decir a sus hermanos, “no me enviasteis vosotros aquí, Dios me envió para preservación de vida”. ¿Qué clase de Dios es nuestro Dios? Como dice Pablo en Romanos: Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? (Romanos 11:34) y por supuesto la respuesta es: NADIE. Por lo menos no completamente, sus juicios son insondables, sus caminos son inescrutables dice Pablo, o como dice el profeta Isaías “su entendimiento no hay quien lo alcance” (Isaías 40:28).
Hace un momento decíamos que le hombre es como un miope, contemplando un pequeño pedazo de un enorme tapiz. Déjenme complicárselo un poquito más. Nosotros no somos como un miope tratando de entender un tapiz enorme, es peor que eso, estamos viendo el tapiz por la parte de atrás, de este lado del cielo.
Para nosotros es como una maraña de hilos, ¿han visto un tapiz de esos tejidos? Uno lo contempla por atrás y lo que uno ve es una maraña de hilos que no sabemos de donde viene ni para donde va, pero ¿saben que? Algún día nosotros veremos el tapiz por delante, y nosotros percibiremos como ahora no podemos percibirlo en este cuerpo mortal, la complejidad, la hermosura de su diseño y nosotros alabaremos a Dios y le daremos gloria por cada hilo, le daremos gloria por cada color, por cada textura. Ahora ¿saben que? No tenemos que esperara hasta llegar al cielo para comenzar a alabar a Dios y descansar en él, el creyente anda por fe no por vista, y por medio de su palabra ya nosotros conocemos lo suficiente de Dios como para decir junto con el Salmista en el Salmo 46 Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah (Salmos 46:1-3) No temeremos, Dios esta en control.
Nunca podremos entender plenamente los pensamientos y caminos de Dios, pero si podemos confiar en él aunque la vida duela. Porque nuestro Dios es infinitamente sabio, nuestro Dios es infinitamente digno de confianza. ¿Quieres ver un ejemplo extraordinario de cómo Dios ejerce su control providencial sobre las circunstancias de esta vida para llevar a cabo sus decretos soberanos? Estudia la vida del Señor Jesucristo. Pablo dice en Gálatas: Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, (Gálatas 4:4) el Señor Jesucristo nació en el momento preciso en que debía nacer, cuando ya todo estaba preparado para ese evento. Y luego espero pacientemente 30 años el momento preciso para darse a conocer al pueblo de Israel. ¿Y cuales fueron las primeras palabras que Cristo predico en su ministerio publico? Diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (Marcos 1:15) “el tiempo se ha cumplido”. Cristo tenia un horario establecido por Dios, es por eso que cuando los judíos quisieron echarle mano antes del momento trazado por Dios en su calendario dice: Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora. (Juan 7:30). Cristo iba a dar su vida en la cruz del calvario, pero en el tiempo de Dios, NO en el tiempo nuestro. Dice: Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. (Juan 13:1), Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; (Juan 17:1), es por eso que Pablo dice en Romanos: Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. (Romanos 5:6). Conforme a ese calendario divino resucito de los muertos al tercer día, ascendió a los cielos, esta sentado a la diestra de Dios, y ¿saben que? En el momento preciso Jesucristo volverá.
Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, (1 Timoteo 6:13-15), Jesucristo volverá y volverá a su tiempo.
Nosotros podemos confiar en el Señor, y podemos dejar en sus manos las circunstancias de nuestras vidas, porque él sabe lo que él esta haciendo, y sabe cuando es el momento apropiado para llevar a cabo cada cosa. A veces nos da la impresión de que Dios se esta tardando demasiado, ¿Qué es lo que pasa? Mi hermanos, nuestro Dios nunca llega tarde, él lo hace todo hermoso en su tiempo.
Dice el Salmista en el Salmo: Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su alabanza estará de continuo en mi boca. (Salmos 34:1), ¿Por qué? Porque sabemos que él esta en control, sabemos que no importa la situación por la que estemos atravesando, Dios sabe lo que esta haciendo, podemos bendecir a Jehová en todo tiempo. “mas yo en ti confió” dice David en el Salmo 31. Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. (Salmos 31:14-15) aun el tiempo de endechar, aun el tiempo de llorar, aun el tiempo del duelo, aun el tiempo de rengar los vestido., “en tu mano están mis tiempos”. ¿Tú confías en el Señor? ¿Tu confías en que el Señor esta en control, y que algún día todas las cosas incluidas en su plan soberano, redundaran para su gloria y para el bien de tu alma? Aun aquellas que ahora mismo te parece que no tienen ni pie ni cabeza. ¿Puedes esperar pacientemente la salvación del Señor? Y orar al Señor, un día, una semana, un mes, un año, 10 años, 20 años. En estos días leí una cosa sorprendente John flavell un gran ministro puritano, predico un sermón en una iglesia, y oro al Señor “señor yo quiero que este sermón salve a algunos”, había un jovencito sentado en la iglesia con 15 años de edad, que no presto para nada atención al llamado del evangelio en ese momento, vivió una vida perdida, completamente perversa, llego a los 100 años de edad, y cuando ese jovencito tenia 100 años de edad, recordó vividamente ese sermón que había escuchado a los 15 años. 85 años atrás y se convirtió al Señor.
Esa oración de Flavell fue respondida “en su tiempo”. Y si hay alguno que todavía no ha venido a Cristo en arrepentimiento y fe, mi amigo este pasaje tiene algo que enseñarte a ti también, el Dios que tiene en sus manos el control de las cosas te trajo hoy a esta iglesia, Dios te trajo aquí, y Dios te trajo para que escuches su palabra porque él hoy te esta dando la oportunidad, el Dios que maneja el tiempo te esta dando la oportunidad de venir a Cristo en arrepentimiento y fe, dice 2 Corintios 6:2: Porque dice:
En tiempo aceptable te he oído,
Y en día de salvación te he socorrido.
He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.
(2 Corintios 6:2)
Este es el tiempo de Dios. Tu no tienes la menor idea de lo que va a pasar con tu vida mañana, lo único que sabemos es que ahora estas escuchando su palabra, ahora estas en medio de su pueblo, ahora tienes tiempo de venir a Cristo en arrepentimiento y fe. Mi amigo no desprecies la oportunidad que Dios te esta dando, “este es el tiempo aceptable, este es el día de la salvación”
Notas:
(1) Palabra que se utiliza en la expresión marinera al garete, que indica que una embarcación va sin gobierno, llevada por el viento o la corriente.
Comments