Filosofía para principiantes: Immanuel Kant El filosofo revolucionario
- Los pensadores
- 13 jun 2020
- 16 Min. de lectura
por: Dr. R.C. Sproul
El pensamiento de Immanuel Kant representa el divisor de aguas de la filosofía moderna. El impas entre racionalismo y empirismo crearía una crisis en el escepticismo. La nueva síntesis que Kant hizo de la epistemología no fue menos expresiva que la síntesis que Platon hizo mucho tiempo antes de Heráclito y Parménides.
La revolución filosófica creada por Kant puede haber tenido un impacto mayor que la revolución copernicana en la ciencia, y consecuencias de alcance mucho mayor que las de la revolución americana en la política. Por ironía, la revolución Kantiana estaba aconteciendo en la misma época histórica que la revolución americana. La mas famosa obra de Kant, critica de la razón pura, fue publicada en 1781 (1).
Kant es importante, no solo por crear una nueva síntesis de racionalismo y empirismo, sino también por destruir la clásica síntesis a la que Tomas de Aquino llego en su teología natural. Muchos piensan que Kant destruyo los argumentos tradicionales a favor de la existencia de Dios de una vez por todas, diciendo que él elimino la razón y dio espacio a la fe.
Kant fue producto de una mezcla extraña. Él estudio al principio dentro del Pietismo (movimiento religioso alemán liderado por Philipp Spener), y después influenciado por el iluminismo, en especial por Jean – Jacques Rousseau.
El Iluminismo (Aufklarung), que barrio Europa (especialmente Alemania, Francia e Inglaterra) en el siglo XVIII, no fue un movimiento monolítico. En la esfera de la epistemología genero lo que es llamado método analítico de conocimiento, que forma el corazón del método científico. El método analítico, que no es diferente del de Aristóteles, combina los elementos de inducción y deducción, buscando “la lógica de los hechos”. La persona reúne los hechos inductiva y empíricamente, después busca el patrón de las leyes universales que actúan en los hechos. Este método fue empleado, por ejemplo, en la filosofía política de Montes Quieu y en la teoría económica de Adam Smith.
Algunos pensadores del Iluminismo, como Christian Wolff, cuyos libros de referencia Kant devoró, tenían simpatía por el Teismo, pero muchos otros eran abiertamente hostiles. Los mas hostiles a Dios eran los enciclopedistas Franceses, especialmente Denis Diderot y Paul H. D. de Holbach, que se declaro “enemigo personal de Dios”. Estos hombres concluyeron que la “hipótesis-Dios” ya no es necesaria para explicar los hechos del universo y de la vida humana. Los fenómenos pueden ser “salvados” sin recurrir a Dios. El origen del universo puede ser explicado sin recurrir a la creación. La nueva teoría que motivo a muchos de estos pensadores fue la de la “generación espontánea”, que después fue rechazada ampliamente, aunque no universalmente.
Un articulo escrito por un físico que gano el premio Nobel, cuyo nombre no mencionare para proteger al culpable, declara que ya no se puede afirmar la generación espontánea; la teoría tiene que ser modificada para lo que el autor llama “generación espontánea gradual”. Esto es una reformulación de la formula “espacio mas tiempo mas azar” como explicación científica para el origen del universo (2). No es ni científico ni natural decir que el mundo vino a la existencia por si mismo siendo su propia causa, escribe el autor. El universo no puede crearse a si mismo espontáneamente, de repente. El puede hacerlo solo gradualmente. Lleva tiempo que algo surja de la nada. ¡El trabajo no puede ser hecho de la noche a la mañana.
Cuando el telescopio Huble fue lanzado del cabo Kennedy, otro físico altamente respetado dijo que el telescopio verificaría que, entre 12 y 17 billones de años atrás, el universo “surgió de una explosión”. Si él Surgió, ¿de donde vino? ¿De la nada?
A pesar de esto, el concepto de generación espontánea del iluminoso hacia que fuese “respetable” que los científicos les liberasen completamente de cualquier dependencia de la teología, para responder a la cuestión de los orígenes.
De modo semejante, Gotthold Ephraim Lessing propuso lo que es comúnmente conocido como “el foso de Lessing” : los eventos contingentes de la historia no pueden servir de base para el conocimiento del mundo trascendente, eterno. Un abismo o fosa in-transponible separa este mundo del llamado mundo metafísico o teológico. No hay puente suficientemente grande para transponer este abismo. Usted simplemente no puede pasar de aquí para allá.
Fue en este contexto que Kant apareció, insistiendo en que nada podría destruir su fe personal en Dios, pero también que el conocimiento de Dios no puede ser demostrado por la “razón pura” (reine vernunf) o por la ciencia.
Nacido en Konigsberg, al este de Prussia, en 1724, Kant paso allí toda su vida, muriendo en 1804. Se dice que nunca se alejo de su casa más de 150 Kilómetros. Era un hombre de notable disciplina. Sus vecinos decían que podían adivinar la hora de sus relojes por sus caminatas diarias que comenzaban precisamente a las 16:30 hs. Kant era consumido por dos problemas que parecían desafiar cualquier explicación: “el cielo lleno de estrellas arriba y la ley moral en el interior”. Él fue un ávido estudioso de Isaac Newton y escribió artículos académicos en el campo de la astronomía.
A pesar de estar impresionado con el progreso titánico de la ciencia natural, Kant argumenta que la ciencia no puede pronunciarse sobre Dios o sobre la responsabilidad humana vinculada a la libertad moral.
Kant estaba desanimado con el dogmatismo del racionalismo y su renuencia a incorporar descubrimientos empíricos en sus modelos a priori y matemático. Y estaba aun mas desanimado con el empirismo, porque el escepticismo de Hume en relación a la causalidad hacia imposible el conocimiento científico. Como Newton, Kant excluía el azar como principio genético de este universo.
La posibilidad del conocimiento
Kant, en su filosofía crítica, emplea “método trascendental” .en términos simples, significa que, para trascender ciertos problemas de la epistemología, se presume que el conocimiento no solo es necesario, sino posible. Entonces Kant pregunta: “¿Qué es necesario para que el conocimiento ocurra?” o: “¿bajo que condiciones el conocimiento es posible?”.
La síntesis de Kant incorpora elementos tanto del racionalismo como del empirismo. Él concuerda con los empíricos en que el conocimiento se inicia con la experiencia, mas afirma que no todo conocimiento viene de la experiencia. También existe conocimiento a priori. Él concuerda con Hume en que no experimentamos directamente la causalidad, sin embargo rechaza la noción de que la causalidad es un mero hábito psicológico de asociación. Nuestra noción de causalidad, dice Kant, viene del juicio racional, una operación de la facultad de la mente.
Según Kant, el conocimiento comienza con los “múltiples sentidos”, que reciben sensaciones e impresiones. Estas sensaciones, sin embargo, son clasificadas por categorías embutidas en la mente. El conocimiento es un proceso sinérgico (cooperativo) entre los sentidos y la mente. Tenemos lo que Kant llama intuiciones puras de espacio y tiempo. Nadie puede percibir ni espacio ni tiempo. No podemos experimentarlos por nosotros mismos. Sin embargo, en cada una de mis percepciones también percibo espacio y tiempo. Sin estas intuiciones a priori jamás podríamos tener una percepción aislada. Por ejemplo: si yo miro hacia fuera por mi ventana en este instante, veo árboles, un lago, una cascada, arbustos, hierba y flores, así como un cielo azul y nubes blancas cargadas. Lo que yo contemplo no se trata de un arboleslagocascadaarbustohierbafolorescielonubes. Sin las intuiciones puras de espacion y tiempo, yo no podría individualizar los datos de la experiencia o las palabras usadas para expresarlos. Yo tendría un cúmulo, indiscriminado y caótico de sensaciones, ininteligible y sin sentido.
Es la mente que da unidad a la diversidad de mi experiencia sensorial. Pero no es simplemente la mente; es mi mente. El sujeto que ordena el conocimiento es el yo. Conocemos el yo no por medio de percepciones sensoriales inmediatas (por ejemplo, no podemos verlo ni oírlo), sino por lo que Kant llama “unidad trascendental de apercepción” o “percepción trascendental del ego”. El yo es apercibido, no percibido. Él me viene como implicación necesaria de la experiencia real. Estamos inmediatamente concientes del yo como un yo. En este sentido, Kant esta muy cerca de la primacía de la autoconciencia de Descartes.
Los limites del conocimiento
Uno de los elementos mas conocidos de la filosofía de Kant es la distinción que hace entre el mundo fenomenal y el mundo numenal. El conocimiento, de acuerdo con Kant, se limita al campo de la experiencia empírica. Los sentidos múltiples son la piedra fundamental del conocimiento. El único mundo que experimentamos por la percepción sensorial es el mundo fenomenal. Como vimos, fenómeno, derivado de una palabra griega que significa “manifiesto” se refiere a cosas evidentes o manifiestas a los sentidos. A veces usamos el termino fenomenal con el sentido de “fabuloso, fantástico, muy grande”, pero en la jerga filosófica se refiere a las apariencias perceptibles.
Kant no dice que el mundo fenomenal no es real, solamente que nuestro conocimiento esta limitado a él. Al experimentar los fenómenos de este mundo, nosotros lo hacemos a través de las lentes de nuestras categorías de pensamiento a priori. El mundo objetivo es percibido por un sujeto pensante. Esto no es una defensa del solipsismo o de la idea de que el mundo exterior es creado por la mente subjetiva. A pesar de poder asumir que hay objetos que existen por si mismo, nunca podemos percibir directamente el objeto en si sin lo que la experiencia trae a la mente.
El objeto o cosa en sí es llamado por Kant das Ding an sich. das Ding an sich realmente existe, pero existe en el campo numenal, fuera del alcance de nuestros sentidos. Por eso no podemos conocer el objeto numenal o la cosa en sí; solo podemos conocerlo de forma limitada, ya que nuestros sentidos lo perciben en cooperación con las categorías de nuestra mente. Nunca percibimos la cosa en sí sin la adición de las categorías de la mente.
Como vimos, el yo también forma parte del mundo numenal, porque no podemos percibirlo directamente, sin la ayuda de la mente. Ni el yo ni das Ding an sich pertenecen al mundo fenomenal. Ya que nuestro conocimiento esta limitado, en primer lugar a los fenómenos, y en segundo lugar a la manera en que nuestra mente organiza los datos brutos de la experiencia, no podemos tener “conocimiento” del yo ni de la Ding an sich o, en la mejor de las hipótesis nuestro conocimiento de las cosas es limitado por estos dos factores.
Lo mas importante en el papel de Kant en la historia de la filosofía fue que incluyo a Dios en el campo numenal. Dios, según Kant, nunca puede ser percibido. Él no forma parte de los múltiples sentidos. Los mismos límites que se aplican a nuestro conocimiento de las cosas en sí y a nuestro conocimiento del yo, se aplican a Dios. Todos hacen parte del mundo numenal o metafísico, sobre el cual todo conocimiento es sospechoso. Es el campo fenomenal, no el numenal, que es la esfera de la investigación científica.
La idea de que Dios no puede ser conocido por las experiencias directas de los sentidos no es una idea nueva ni en la filosofía ni en la teología. El debate clásico entre la teología natural y el escepticismo Kantiano esta relacionado a la cuestión de si Dios puede o no ser conocido de modo mediato por el mundo fenomenal. Tomas de Aquino, por ejemplo, insiste en que Dios (el numenal) es conocido por lo fenomenal y por intermedio de este. Aquino concluye esto a partir del nuevo testamento, citando un pasaje de Pablo: “lo que de Dios se puede conocer es manifiesto entre ellos, porque Dios se lo manifestó. Porque los atributos invisibles de Dios, así su eterno poder, como también su propia divinidad, claramente se reconocen, desde el principio del mundo, siendo percibidos por medio de las cosas que fueron creadas” (Romanos 1:19-20).
Pablo esta diciendo que, aun Dios siendo “invisible” o imperceptible, él es “visto” y “conocido”. No que Dios sea visto directamente por la percepción sensorial, más él es percibido en el orden creado y por medio de él. Para Pablo, lo que es numenal puede y es conocido por lo que es fenomenal. Si Kant esta correcto en su critica, entonces Pablo esta errado. Inversamente, si Pablo esta acertado en su aserción, Kant esta errado. Los dos no pueden estar acertados.
El argumento ontológico
Los principales argumentos tradicionales a favor de la existencia de Dios son el ontológico, el cosmológico y el teleológico. Kant presto mucha atención al argumento ontológico popularizado por Anselmo y después reformulado por Descartes y nuevamente por Olff (con quien Kant estuvo muy familiarizado). De acuerdo con Anselmo, Dios es aquel ser del cual no se puede imaginar otro mayor, y tal ser tiene que existir en la realidad así como en la mente. Gaunilo, critico de Anselmo, dijo que, por el solo hecho de poder imaginar una isla perfecta no significa que tal isla exista. Anselmo respondió que Gaunilo no había entendido nada. Anselmo no estaba argumentando (con los conceptualistas) que cualquier cosa que pueda ser concebida racionalmente por la mente debe existir en la realidad. Antes, estaba limitando su argumento a este ser del cual no se consigue concebir otro mayor. Si imagino un dios que no existe en la realidad, no estoy pensando en el dios de Anselmo, porque un ser que existe realmente es mayor que una mera construcción mental.
Jonathan Edwards mas tarde habría de refinar el argumento de Anselmo, afirmando que el ser no puede no ser. Las islas y los dólares pueden no ser, pero el ser debe ser a fin de ser. (Esto esta más cercano a la idea del ser necesario de Tomas de Aquino).
Kant ataca el argumento ontológico con base en que la existencia no es un predicado- ella es demasiado vaga para recibir una definición formal. La existencia es dicha de una cosa de modo diferente de sus predicados (las cosas que pueden ser afirmadas o negadas sobre ella). Se puede conocer la esencia plenamente determinada de una cosa, junto con todos sus predicados, y aun no saber si existe. La razón permite que tal Dios pueda existir en la realidad, sin embargo la razón no puede saber que Dios existe.
Kant, al rechazar el argumento ontológico, se apoya fundamentalmente en su negación de la existencia como un predicado. En lenguaje común, sin embargo, la existencia funciona como un predicado. Si pronunciamos la palabra Dios, estamos diciendo una cosa. Si decimos: “Dios existe”, estamos diciendo otra cosa, algo que no se encuentra solo en la palabra o idea Dios (difiriendo de Anselmo). Pero la cuestión permanece: si la existencia es un predicado, ¿será que es algo que debe, por necesidad lógica, ser atribuido a Dios?
El argumento cosmológico
Kant rechaza el argumento cosmológico a favor de la existencia de Dios con base en la idea de poco común de que, en último análisis, esta apoyado en el argumento ontológico. Si el argumento ontológico falla, el argumento Cosmológico también.
En términos históricos, el argumento cosmológico ha sido el argumento más popular y persistente a favor de la existencia de Dios. Él es llamado “cosmológico” porque raciocina a partir del cosmos hacia Dios como la causa del cosmos. En resumen, el argumento dice que, si algo existe, entonces un ser absolutamente necesario debe existir. Apela a la ley de la causalidad: como nada puede ser su propia causa, es preciso que haya algo no causa o auto existente para explicar la existencia de algo.
El argumento ontológico va de la idea de Dios a la realidad de Dios, procurando contener el argumento dentro de los límites de la arena formal de la mente, evitando así la fantasía de la percepción sensorial o de la esfera empírica. El argumento cosmológico, a su vez, por regla general comienza con la experiencia de los sentidos, con la percepción de las cosas en el mundo material, o con la autoconciencia.
Un breve resumen del argumento cosmológico cabe bien aquí. Si percibimos que algo (el yo, el mundo, o alguna cosa en él) existe, tenemos 4 alternativas (algunos pensadores procuraron otras alternativas, pero todas pueden ser reducidas a una de las 4, dependiendo de cómo son formuladas):
1) La “realidad” percibida es una ilusión.
2) La realidad es auto creada.
3) La realidad es auto existente.
4) La realidad, en ultimo análisis, es causada o “creada” por algo auto existente.
De estas 4 alternativas, dos (3 y la 4) incluyen algo auto existente. La alternativa dos es formal o lógicamente imposible, pues la noción de auto creación es analíticamente falsa. Como vimos, para que algo se cree o cause a si mismo, tiene que ser antes de ser. Tiene que ser y no ser o existir y no existir, al mismo tiempo y en la misma relación. (Una “quinta” opinión bastante popular, el retroceso infinito o una serie infinita de causas finitas, puede ser reducida a la alternativa dos. Ella constituye el problema de la auto creación infinita.)
Si la alternativa 2 es eliminada, la única alternativa racional para la auto existencia de algo (ser necesario) es la primera alternativa. Si todo es ilusión, entonces nada existe, y no precisamos preocuparnos en conocer algo (no hay nada por conocer). Pero si todo es ilusión, entonces la propia ilusión es ilusión, lo que la anula. Si la percepción o idea es ilusoria, algo o alguien debe estar teniendo una ilusión. O sea, debe haber una causa para la ilusión. La causa tiene que ser auto creada, auto existente, o causada por algo (en el fondo, creada por algo auto existente). Así, la alternativa 1 es reducida a 3 y 4. Vemos, por tanto, que las únicas dos alternativas racionalmente posibles son 3 y 4, que tiene ambas algo auto existente o un ser necesario.
Todo esto se apoya sobre las leyes de la no contradicción y causalidad. Kant comprendió esto y no estaba dispuesto a desligarse de la razón ni de la causalidad. Por esto, él limito la aplicación de la ley de la causalidad. Él argumento que la ley de la causalidad no tiene sentido o aplicación a no ser en el mundo sensible (esto es, el mundo que puede ser percibido por los sentidos). Esta ley se aplica al mundo fenomenal, no al mundo numenal. Se aplica al campo de la física, no de la metafísica.
Siempre me dejo intrigado la insistencia de Kant en este punto. Su limitación de la causalidad al mundo fenomenal parece ser arbitrario. Si todo en el mundo fenomenal requiere una causa, ¿porque el propio mundo fenomenal no requiere una causa? Concuerdo con David Hume en que no tenemos una percepción inmediata de la causalidad, pero nuestra falta de percepción de una causa específica no nos permite concluir que no hay causa. Debemos tener en mente que la ley de la causalidad es una ley formal, una extensión de la ley de la no contradicción.
A esta altura Kant vinculo el argumento cosmológico al ontológico. Si la razón, considerada formalmente, exige un ser necesario (tanto lógica como ontológicamente), esto no significa que un ser necesario existe en la realidad. Solo porque mi razón me dice que la lógica exige un ser auto existente, esto no significa que existe un ser auto existente, a no ser que la realidad sea racional.
En defensa de Tomas de Aquino y otros que razonaron cosmológicamente, tengo que decir que ellos estaban probando “apenas” que la razón exige la existencia de Dios. No se de otra cosa que se podría esperar “racionalmente” del razonamiento excepto algo que sea razonable y no irrazonable, racional y no irracional. Una vez más: si Kant continúa escéptico en cuanto a la aplicación de la causalidad al mundo metafísico con numenal, ¿Por qué esta tan preocupado con su aplicabilidad al mundo fenomenal? Si alguien procura ser racional en una de las áreas, ¿Por qué no en las dos? El conocimiento limitado de Kant es una forma de escepticismo limitado que filosofías posteriores rechazaran como medio termino entre teismo y nihilismo. Para los nihilistas, Kant estaba descendiendo una ladera empinada sin frenos.
El argumento Teleológico
De las pruebas tradicionales de la existencia de Dios, el argumento teleológico fue el que mas impresiono tanto a Hume como a Kant. Este concuerda en que el mundo esta lleno de cosas que presentan señales claras de orden y propósito. Es difícil imaginar un proyecto sin un proyectista. Algunos evolucionistas modernos procuran explicar el plano u orden con términos como azar y accidente. Sin embargo, es muy complicado hablar de “propósito accidental”. Esto parece intencionalidad no intencional. Carl Sagan tuvo dificultades con esto en su intento de describir el universo como cosmos y no como caos; no se puede tener un cosmos caótico. Kant concuerda que la búsqueda del orden apunta a un ordenador, pero esto nos lleva de vuelta a la dependencia de la ley de la causalidad como en el argumento cosmológico, y por eso resulta en los problemas inherentes al argumento ontológico.
Es importante recordar que Kant no niega la existencia de Dios. Él niega que la existencia de Dios pueda ser probada racionalmente, pero también que la idea de la no existencia de Dios pueda ser probada racionalmente.
El agnosticismo metafísico y teológico de Kant tiene apoyo en su teoría de las antinomias. A rigor, la palabra antinomia es, en términos históricos sinónima de contradicción (a pesar de ser usada hoy en día un poco difusamente como sinónimo de paradoja). Así como la palabra contradicción viene del latín “hablar en contra”, la palabra antinomia viene del griego “contra la ley”. La ley contra la cual una antinomia se levanta es la ley de la no contradicción. Kant relaciona varias antinomias en la reflexión filosófica entre las cuales están las siguientes: 1) El mundo es limitado en espacio y tiempo, y el mundo es ilimitado en espacio y tiempo.
2) Toda cosa compuesta en el mundo esta hecha de partes simples, y ninguna cosa compuesta esta hecha de partes simples.
3) Junto a la causalidad, en las leyes de la naturaleza, también hay libertad; y no hay libertad, ya que todo acontece según las leyes de la naturaleza.
4) un ser absolutamente necesario existe como parte del mundo o como su causa, y ningún ser absolutamente necesario existe.
Kant esta diciendo por medio de estas antinomia no que los dos lados puedan ser verdaderos, sino que estos opuestos han sido defendidos por los metafísicos y filósofos con la misma fuerza.
Tenemos que concordar en que los filósofos realmente levantaron argumentos enfáticos para los dos lados. Un argumento enfático, sin embargo no es necesariamente valido. Veamos la segunda antinomia. Se puede argumentar con mucho énfasis que una cosa compuesta no esta hecha de partes simples, pero si no estuviese hecha de partes (simples o complejas), entonces no es compuesta. Que una cosa compuesta sea hecha de partes simples es analíticamente verdadero (esto es, verdadero por definición), y el argumento mas enfático del mundo no puede falsear esto. Se puede argumentar que no hay cosas compuestas en el mundo. Pero si hubiese cosas compuestas, tendrían que consistir de partes, o simplemente no serian compuestas.
A pesar de que Kant haya registrado las conclusiones de diferentes filósofos al respecto de estas antinomias, él aun afirma que Dios es una idea reguladora útil. Una idea reguladora, según Kant, es una idea útil pero no demostrable, y para él estas ideas reguladoras incluyen no solo la idea de Dios, sino también la idea del yo y de la Ding an sich.
El argumento moral de Kant a favor de la existencia de Dios
Si en su crítica de los límites del pensamiento teórico, Kant expulsa a Dios por la puerta principal, él corre a la puerta de atrás para dejarlo entrar nuevamente. En su filosofía moral y práctica, Kant procuro una base para la ética. Él argumento a favor de la presencia del “imperativo categórico”, un sentido universal del deber que es parte integrante de la experiencia humana y trae consigo una obligación moral o imperativo del deber. La versión Kantiana de la “regla áurea” es: “actúa como si la máxima de tu acción fuese volverse una ley universal de la naturaleza”.
Así como Kant estudia la epistemología de una perspectiva trascendental, también hace esto con la ética o filosofía moral. Él hace la pregunta básica: ¿Qué es necesario para que la ética o el imperativo moral tenga sentido? Y concluye que, para que la ética tenga sentido es preciso que haya justicia. Como la justicia no es ejercida de modo perfecto en este mundo, debe haber un estado futuro en el que la justicia prevalecerá. Para que la justicia prevalezca, debe haber un juez perfecto, moralmente inculpable, ya que un juez corrupto no ejercería una justicia perfecta. Este juez debe ser omnisciente, sin jamás yerre en su juicio, y omnipotente haciendo que la justicia sea practicada.
En resumen: Kant argumenta a favor del Dios cristiano con base en que él tiene que existir para que la ética tenga sentido. Kant dice que, aunque no podamos saber que Dios existe, para todos los propósitos prácticos tenemos que vivir “como si” él existiese, para que la ética y la vida en sociedad sean posibles. Él anticipa la máxima de Fyodor Dostoyevsky: “si Dios no existe, todo esta permitido”. Sin una norma ética absoluta la moralidad se resumen a mera preferencia, y el mundo es una selva donde prevalece la ley del más fuerte.
Notas
1- Immanuel Kant, Critique of pure reason. Amherst/NY, Prometheus, 1990.
2- Vea R. C Sproul, Not a chance: the myth of chance in modern science and cosmology. Grand Rapids, Baker, 1994.
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