top of page

Filosofía para principiantes: John Locke, Padre del empirismo moderno


Por : Dr. R.C. Sproul





El racionalismo que domino el siglo XVII no se limito a la escuela cartesiana. El filosofo Judío Baruch dee Spinoza edifico sobre la obra de Rene Descartes, pero condujo al racionalismo en una nueva dirección. Spinoza fue un matemático (como Descartes) que se especializo en geometría y construyó una filosofía basada en axiomas que pueden ser usados para explicar la realidad.

La cuestión de la relación entre pensamiento y acción, que Descartes procuro explicar con su teoría de la interacción, levanta una pregunta teológica importante: ¿Qué relación tiene Dios con el mundo, particularmente con respecto a la causalidad? A medida que la ciencia avanzaba en su tentativa de explicar las “leyes” de la naturaleza, se volvió cada vez mas popular la idea de que la naturaleza funciona de un modo similar a una maquina, que trabaja de acuerdo con las piezas en ella engranadas.

Esto provocó una crisis en relación a la visión Judeo-cristiana de la providencia divina, que entiende que Dios no es solo el creador del universo sino también aquel que lo rige. Históricamente, las leyes de la naturaleza fueron consideradas la ley de Dios. Todas las cosas viven, se mueven y tienen su ser en él. De acuerdo con la visión clásica, todo el poder en este mundo deriva del poder de Dios, lo que significa que el universo no funciona ni puede funcionar de modo independiente de Dios. El universo depende del poder de Dios tanto en su origen cuanto para continuar existiendo.

Con respecto a la causalidad, los filósofos cristianos del siglo XVII hacían distinción entre causalidad primaria y secundaria. Solo Dios es la causa primaria de todas las cosas, sin embargo él actúa en las causas secundarias y por medio de ellas. Causas secundarias son causas reales, pero, en el fondo, ellas dependen de Dios en cuanto a su potencia.

Por ejemplo, cuando llueve, el pasto se moja. Acostumbramos a atribuir el poder causal de esto a la lluvia. Pasto mojado es efecto o resultado del poder causal de la lluvia que cayo sobre ella. ¿Qué papel tiene Dios en este proceso? La respuesta tradicional era que el pasto, a fin de cuentas, se moja debido a la providencia de Dios, que hace que la lluvia caiga para mojar el pasto. Si esta causa primaria, no habría causa secundaria (la lluvia).

Esta visión teísta del mundo excluye la noción de que el universo funciona de manera mecánica, con su propio poder. La tensión entre un universo teísta gobernado por Dios y un universo mecánico cerrado a la interferencia de Dios fue un asunto muy debatido en la época, lo que queda evidente con los ocasionalistas cartesianos que procuraron fundamentar la dependencia de la naturaleza y de sus “leyes” en la actividad de Dios.

La filosofía de la substancia

Spinoza estudia la cuestión de modo diferente en su “filosofía de la substancia”. Su famosa máxima: Deus sive natura (“Dios o la naturaleza”), que identifica a Dios con toda la naturaleza, dio origen a la idea de que Spinoza defendía una forma de panteísmo. En términos simples o grosso modo, panteísmo significa que todo es Dios o Dios es todo. El problema fundamental con esta definición es que ella vuelve al término Dios sin sentido. Si Dios es todo en general, entonces él no es nada en particular. Si él no puede ser individualizado, no hay necesidad de Dios ni tiene sentido dar cualquier significado a la palabra Dios.

Spinoza, sin embargo, no era simplista. A pesar de no hacer distinción absoluta entre Dios y el mundo, él distingue entre dos aspectos de la naturaleza. Él define a Dios como substancia. Esta substancia es auto-existente. La substancia tiene un número infinito de atributos. Un atributo es una manifestación particular de substancia; es lo que la mente percibe. Todas las cosas son contenidas en Dios y en la substancia, pero la substancia difiere en sus aspectos.

Spinoza distingue entre Natura Naturans y Natura Naturata. Natura Naturans se refiere a la substancia de Dios y a los atributos por los cuales él actúa. Natura Naturata son los modos de los atributos de Dios o las maneras en que él se expresa o se manifiesta en el mundo.

Para Spinoza, un atributo es una manifestación particular de substancia, y un modo es una manifestación particular de atributo. Sin embargo, todos los modos en que pensamiento y acción ocurren en este mundo, a fin de cuentas, son determinados por la substancia de Dios. Todos los modos de la realidad son fijados desde la eternidad. Pensamiento y acción pueden ser diferenciados, pero no pueden ser separados. Su “interacción” está arraigada en la substancia. Todo lo que acontece, acontece por necesidad.

La armonía pre-establecida

Gottfried Wilhelm Leibnitz, nacido en 1646, también era un matemático consumado. Se acredita a él el desarrollo del cálculo antes de Isaac Newton, a pesar de alegar este haber sido el primero. Leibnitz elaboro una cosmología compleja basada en lo que él llamo “mónadas”, los átomos elementales de la realidad.

Con respecto al problema incomodo de la relación entre pensamiento y acción, veremos la teoría de la armonía pre-establecida, de Leibnitz. Cada unidad individual de la realidad, o mónada, actúa de acuerdo con el propósito peculiar con que fue creada. A pesar de que cada mónada existe en virtual aislamiento de cualquier otra mónada, las mónadas actúan juntas en armonía sinfónica. Los eventos no pueden ser suficientemente explicados simplemente mirando sus causas próximas o inmediatas; la causa inmediata de algo no explica adecuadamente el todo. Una causa inmediata puede ser la razón eficiente de un efecto, pero no la razón suficiente de él. La razón suficiente no es próxima sino remota. (Leibnitz estaba procurando una explicación del planeamiento que el universo presenta, una explicación del motivo por el cual el cosmos presenta orden y no caos.).

Si tuviésemos apenas un numero astronómico de causas particulares para cosas particulares, dice Leibnitz, podríamos explicar la causa para una acción o evento simple, pero talvez no cómo todas las cosas encajan. Esta es la antigua cuestión de lo uno y lo múltiple, de la unidad y la diversidad. Un número plural de causas particulares puede dar un multiverso, pero jamás un universo. Para descubrir una razón suficiente para el todo es preciso mirar mas allá de las series de causas particulares para una causa trascendente. Solamente una causa trascendente o “primaria” da una razón suficiente para lo que pueden ser consideradas causas secundarias.

Debido al hecho de que todas las mónadas y su interrelación son orquestadas al fin de cuentas por Dios, Leibnitz puede argumentar que vivimos en el mejor de todos los mundos. Por regla general se entiende que Leibnitz sirvió de modelo para el Dr. Pangloss, de Voltaire. (1)

Entendiendo a Locke

Si Descartes puede ser considerado el padre del racionalismo moderno, el titulo “padre del empirismo moderno” puede ser dado a John Locke (a pesar de que algunos se lo concedan a Francis Bacon). Locke (1632-1704) vivió la mayor parte de su vida en el siglo XVII, sin embargo su influencia fue sentida más en el siglo XVIII, comúnmente llamada era del empirismo Británico.

Locke cuestiono el racionalismo en el punto de su insistencia en las ideas innatas, o conocimiento a priori. La obra principal y mas conocida de Locke es Ensayo acerca del entendimiento humano, publicada en 1690 (2).

Locke se propuso investigar las cuestiones básicas de la epistemología. Él procuro explicar cómo el conocimiento humano es adquirido y, a ejemplo de Descartes, también quiso descubrir qué podemos conocer. Para poder responder a la segunda pregunta, él tuvo que comenzar por la primera: cómo llegamos a conocer determina lo que podemos conocer.

Así como Descartes es famoso por su máxima Cogito, ergo sum, Locke es conocido por su Tabula rasa, “pagina en blanco”. El primer paso de Locke fue cuestionar el ideal racionalista de ideas innatas claras y distintas. Él lanza dudas sobre las ideas innatas al cuestionar su universalidad. Su argumento es que no todo el mundo conoce cosas como las leyes de la no contradicción y de la causalidad. Niños y débiles mentales, por ejemplo, no conocen esas leyes (tesis refutada por Immanuel Kant, entre otros). Locke acepta, sin embargo, que existe una “prontitud universal” para concordar con estos principios (concesión que solo sirvió para fortalecer a sus críticos).

De acuerdo con Locke, un ser humano cuando nace no tiene ideas innatas. La mente del recién nacido es una página en blanco. Nada viene escrito sobre las páginas de su mente. Todo conocimiento, incluyendo la ley de la no-contradicción, es aprendido por la experiencia. Todo conocimiento, por tanto, es a posteriori. (El conocimiento a posteriori viene después, tras la experiencia; el conocimiento a priori viene antes de la experiencia, viene primero.).

Locke argumenta que el conocimiento comienza con simples ideas. Estas ideas simples son la materia prima o los bloques de construcción de todo conocimiento. Él define idea como todo lo que está en la mente. Estas ideas simples vienen de dos fuentes: de las sensaciones o de la reflexión, de las cuales las sensaciones son la fuente mayor.

Los cinco sentidos son visión, audición, tacto, olfato y paladar. Por medio de las sensaciones que experimentamos por nuestros órganos de los sentidos, tomamos conciencia de ideas como blanco o azul, caliente y frió, amargo y dulce, duro y blando, aromático y hediondo. Aquello que los cinco sentidos perciben es llamado realidad “empírica”.

La reflexión abarca percepción, pensamiento, duda, raciocinio, voluntad y otras actividades de la mente.

Todas las ideas proceden o de las sensaciones o de la reflexión. Y todas las ideas son o simples o complejas.

Una idea simple es uniforme y no mezclada. No puede ser dividida en partes. La música de Johann Sebastián Bach, por ejemplo puede ser dividida en pequeñas notas individuales. Las notas en si son simples, pero su organización en una cantata es compleja.

Locke identifico cuatro tipos de ideas simples. El primero son las informaciones sensoriales comunes que describimos. El segundo son reflexiones comunes. El tercero son cualidades descubiertas por la cooperación de los sentidos (veo un bife en la plancha; al mismo tiempo siento su aroma y escucho el sonido de su fritura). El cuarto tipo son ideas derivadas de la cooperación de los sentidos y reflexión.

Las ideas complejas

Ideas complejas explica Locke derivan de las informaciones brutas de las ideas simples. Para recibir ideas simples la mente puede estar relativamente pasiva. Es como una pagina en la que se escribe. La página no crea las palabras, apenas las recibe. Para pasar de las ideas simples a las complejas la mente necesita estar activa, funcionando mas como un computador que como una mera pagina. La mente inicia las actividades básicas de combinar, comparar y separar a veces llamadas componer, abstraer y relacionar respectivamente. En este proceso, la mente junta las ideas y las individualiza y separa.

Por ejemplo: la idea simple de espacio resulta del reconocimiento de la distancia entre dos cuerpos. De experiencias aisladas repetidas con el espacio construimos la idea compleja del espacio inmenso. De una experiencia semejante con segundos construimos la idea compleja de la eternidad, a pesar de nunca haber experimentado la eternidad como tal. La idea de eternidad es a priori (esto es, anterior a la experiencia de eternidad), pero también es a posteriori, porque fue construida sobre una experiencia anterior de unidades de tiempo.

Queda claro que tenemos que preguntarnos si la idea de espacio o tiempo comienza realmente como una idea “simple”. Obtenemos la idea de espacio, por ejemplo, apenas relacionando la relación simple de dos objetos. (Esta cuestión será levantad mas adelante por David Hume).

Locke tuvo que explicar la formación de ideas complejas a fin de explicar el fenómeno del lenguaje en si.

Aquí enfrentamos una vez más la antigua cuestión de los universales. Locke defiende que los universales no tienen existencia real, pues solo los individuos existen. Pero él rechaza decir (junto con los nominalistas) que los universales son meros nombres generados por la mente. Él reconoce que la mente “crea” universales, pero concluye (junto con los escépticos metafísicos) que no podemos conocer las verdaderas esencias de las cosas.

Locke adopta la teoría de “correspondencia” de la verdad, que evita el subjetivismo o relativismo puro. Él define verdad como “aquello que corresponde a la realidad”. Esto es lo que Francis Schaeffer llama “verdad verdadera”. Al usar esta expresión, Schaeffer no tartamudea ni es redundante, sino que esta hablando de una verdad que es objetiva y no depende a penas del sujeto que cree.

El problema de Locke con la verdad objetiva comienza en el punto en que se entra en contacto con la realidad. Él enfrenta el antiguo problema sujeto –objeto: la verdad objetiva precisa ser adquirida subjetivamente. ¿Cómo puedo tener certeza de que la realidad es como se muestra para mí? El puente entre mi mente y el mundo exterior es formado por mis cinco sentidos. ¿Puedo confiar en la percepción de los sentidos para llegar al mundo objetivo? Locke esta conciente de ese problema sujeto –objeto y lo resuelve haciendo una distinción entre cualidades primarias y secundarias.

Cualidades primarias y secundarias

Ya que Locke reconoce que no tenemos una percepción directa de las esencias, él tiene que explicar como entramos en contacto con la realidad. De acuerdo con Locke entramos en contacto con la realidad percibiendo las cualidades de los objetos. Él distingue entre cualidades primarias y cualidades secundarias. Las cualidades primarias son inherentes a los propios cuerpos. Cuando estamos en contacto con las cualidades primarias de algo, estamos en contacto con la cosa en si. No percibimos su esencia, pero, al percibir sus cualidades primarias, percibimos su realidad objetiva. Estas cualidades primarias están inseparablemente relacionadas con las cosas en si, del mismo modo que los accidentes de Aristóteles estaban inseparablemente relacionados a las sustancias. Una pelota de fútbol, por ejemplo, parece redonda porque es redonda. Cuando el jugador la patea, ella parece moverse porque esta moviéndose. Las cualidades primarias se refieren a la solides (una pelota de fútbol parece sólida porque es sólida), extensión, figura, movimiento o reposo, y numero (cuando vemos una pelota, la razón de esto es que, no son al mismo tiempo dos pelotas).

Las cualidades secundarias son las que no son inherentes al objeto; antes, son cualidades que el objeto tiene poder para crear en nosotros. Por ejemplo: describimos una pelota de fútbol como siendo blanca, pero el color blanco no es inherente a la pelota. Si apagamos la luz, la pelota no tiene más color. Del mismo modo pensamos que una bola de nieve es fría, pero la frialdad no es inherente a la bola de nieve. Ella solo nos da la impresión de ser fría en proporción con la temperatura de nuestro cuerpo. (Estudios posteriores indicaran que frialdad es apenas falta de calor.) Cuando pongo un cubo de hielo en una taza de te, la frialdad de los cubos no es transferida al te. En vez de esto, los cubos absorben el calor del te, reduciendo su temperatura. Estoy con frió en un día de invierno, no porque el aire me hace sentir frió sino porque el cuerpo pierde calor intentando calentar el aire que lo rodea. Para Locke, las cualidades secundarias son cosas como color, sonido, sabor y olor. Una cosa puede “heder” para mi porque ofende a mi sentido de olfato, pero el hedor no es inherente al objeto. Hay quien halle al olor de los brócolis agradable, y otros que lo consideran repugnante. Estas son reacciones subjetivas.

En cuanto a las substancias que producen cualidades primarias y secundarias, Locke presupone una posición de sentido común. Él cree necesario presumir que las sensaciones son causadas por algo que no son las proyecciones de nuestra mente. La substancia es la causa de las sensaciones. Locke recae en la lógica de Descartes al razonar que no puede haber pensamiento sin algo que piensa.

Con respecto al teismo, Locke argumenta que la idea de Dios no es clara y distinta, ni es innata. Él, sin embargo, no rechaza la idea de Dios, sin que investiga la existencia de Dios empíricamente- no que tengamos una sensación empírica del propio Dios, sino que su existencia es una inferencia necesaria, obtenida por la reflexión. La idea de Dios, como el ejemplo de la idea de substancia es inferida de otras ideas simples. Dios no esta sujeto a la observación pero es conocido por medio de demostración.

El hecho de que Dios sea conocido por la demostración no exige el uso de la lógica, que es intuitiva. Locke acepta esto por conocimiento intuitivo, tal como nuestro conocimiento seguro de que un cuadrado no es un círculo. El conocimiento intuitivo nos garantiza que una entidad que no existe no puede producir existencia real. Por tanto, debe haber algo desde la eternidad, o hoy no existiría nada. Locke argumenta que el conocimiento de la existencia de Dios es más cierto que cualquier cosa que nuestros sentidos no nos hayan revelado inmediatamente.

La filosofía política

En América del norte, Locke tal vez sea mas conocido por su teoría política que por su epistemología. Sus dos tratados sobre el gobierno (3) tubo un impacto duradero sobre Gran Bretaña y sobre los Estados Unidos. Locke dice que toda ley esta fundamentada en la ley natural (lex naturalis) y la ley natural, a su vez, esta enraizada en la eterna ley de Dios (lex a eternitatis).

Locke diferencia tres tipos de ley 1) La ley de la opinión, 2) La Ley civil y 3) La ley divina (Vea Fig. 7.1). la ley de la opinión se refiere a preceptos generales establecidos por la opinión publica. Es la “ley de la moda”, que puede simplemente reflejar lo que está en la moda o preferencia colectiva de un grupo. En el lenguaje de hoy podemos llamar a esto “patrones comunitarios contemporáneos”. Esta ley puede o no estar reflejada en la legislación civil, a pesar de que la tendencia sea la de redactarla en estatutos, ahora o mas tarde. Sin embargo, ella continua siendo distinta de la ley civil, a no ser que sea oficializada. La ley de la opinión es “impuesta” por el tribunal de la opinión publica con sus sanciones morales, no por jueces o policías.

La ley civil es promulgada por gobiernos e impuesta por agentes que lo representan. La virtud de la ley civil es medida por el parámetro de la ley natural, que, a su vez, se apoya en la ley de Dios. Expresiones como “somos dotados por nuestro creador de ciertos derechos inalienables” son “lockeanas” hasta los tuétanos. Locke afirma que la ley divina, con sus grandes principios de moralidad, puede ser descubierta sin que se lea la Biblia; la ley divina puede ser conocida por la razón natural, porque la ley divina es conocida por intermedio de la ley natural. Él creía que la ley moral divina es tan demostrable como las leyes de la matemática.

Locke da ejemplo de estas leyes morales. Primero: donde no hay propiedad, no hay injusticia. La idea de propiedad abarca el derecho a algo. La injusticia acontece cuando un derecho humano es violado, como en el robo de propiedad privada. Un segundo ejemplo es que ningún gobierno admite libertad absoluta. No existe gobierno sin algunas leyes, y toda ley restringe la libertad de alguien. Por ejemplo: una ley contra el robo restringe la libertad del ladrón de robar impunemente. Este principio es analíticamente verdadero.

El derecho a la propiedad privada, según Locke, precede a la ley civil porque esta fundamentada en la ley natural. Es necesario restringir la libertad de algunas personas (la de el ladrón) porque el mal esta presente en el estado de la naturaleza. En un estado natural sin un gobierno civil, predomina la “ley del pueblo”, en la que prevalece la ley del mas fuerte. Para proteger a las personas de otras personas, el gobierno es necesario. Como afirma Agustín, el gobierno no es tanto un mal necesario cuanto necesario por causa del mal.

Las personas en una comunidad concuerdan en limitar algunos de sus derechos a fin de tener una sociedad ordenada y justa. Este acuerdo voluntario o contrato social establece el estado. El gobierno es establecido por el bien común. Los tribunales son creados para resolver disputas entre individuos, para que se promueva la justicia. Las personas someten al estado no toda su libertad, sino solo la suficiente para alcanzar sus objetivos naturales de preservar la vida y garantizar la propiedad privada, que juntos forman la natural “búsqueda de la felicidad”.

Locke cree que la razón natural convence a la mayoría de las personas a buscar un rumbo de interés propio esclarecido. Él imagina una asociación en que el poder político esta en las manos de la mayoría. Las leyes de un estado justo no deben, sin embargo, residir apenas en la opinión de la mayoría, sino ser motivadas por el bien común revelado en la ley natural. La ley de la naturaleza debe proteger a los individuos de la tiranía de la mayoría. Aquí están las semillas de la distinción entre una republica (donde se gobierna por la ley) y una democracia pura (donde el gobierno es ejercido solamente por la voluntad del pueblo).





Notas

1. Voltaire, Candide: or optimism. E. V. Rieu (ed.), Baltimore, Penguin, 1947.

2. John Locke, An essay concerning human understanding. Alexander Campbell FRASSER (ed.), 2 vol., New Yorke, Dover, 1959.

3. John Locke, Two treatises of (civil) government. Raymond GEUSS y Kentin Skinner (eds.), Cambridge, Cambridge University Press, 1988.

Comments


bottom of page