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Filosofía para principiantes : Karl Marx, El utopista


Por: Dr. R.C. Sproul


La filosofía revolucionaria de Immanuel Kant, fue, como vimos, un divisor de las aguas en la historia del pensamiento teórico. En un aspecto u otro, prácticamente todas las escuelas de filosofía que se desarrollaron después de Kant se basaron en él (ver la fig.10.1).

En el siglo XIX, en larga medida debido al escepticismo o agnosticismo metafísico de Kant, los filósofos volvieron su atención a la construcción de una filosofía de la historia. Antes de Kant, los principales enfoques de la filosofía eran la metafísica y la epistemología. Después de él, pasaron a hacer la historia y la antropología. Esto no quiere decir que nadie trato estas áreas antes de Kant, ni que la metafísica y epistemología fueron completamente abandonadas después de él. Ni todos los metafísicos cayeron a los pies de Kant y fingieron estar muertos. Pero el énfasis desde Kant a sido claramente en el área de lo fenomenal –el campo de este mundo. Desde la época de Kant, el mundo occidental está esperando por un nuevo Platón o Aristóteles que rescate la metafísica de un escepticismo insipiente.

En esta breve visión general de la historia de la filosofía, yo casi incluí un capitulo entero sobre G.W.F. Hegel (1770-1831), cuyo pensamiento domino por lo menos la primera mitad del siglo XIX. Él, sin embargo, es uno de los filósofos más complejos y difíciles, y este factor intimidante tal vez me haya convencido a pasar por él lo más rápido posible.

Hegel, desafiado por Kant, procuro reconstruir la metafísica para abarcar la filosofía de la historia. El axioma del trabajo de Hegel era: “lo que es racional es real, y lo que es real es racional”. Si todo lo que es real también es racional, entonces de acuerdo con Hegel puede ser conocido.

Hegel hace una distinción importante que Kant no hizo: él ve razón y comprensión como dos fuerzas completamente distintas. Comprensión no es la misma cosa que razón, solo una mera función especifica de la razón. La comprensión ve todo en término de contrastes. En la visión de Kant, la comprensión es de hecho limitada por lo finito y no puede adquirir el conocimiento absoluto. La razón, sin embargo, dice Hegel, no sufre esta limitación. Él hace de la Razón con “r” mayúscula el Espíritu Absoluto, que es pensamiento puro o conocimiento absoluto. El mundo como lo conocemos esta en proceso evolutivo u orgánico. El Espíritu Absoluto se manifiesta activamente en la historia.

Hegel entendía la historia como la encarnación o manifestación dinámica del Espíritu Absoluto. La mente del ser humano esta ligada al Espíritu Absoluto de una manera tal que puede ser alcanzada por la razón humana. Pensamos sobre el Absoluto de una manera análoga a la manifestación o expresión propia de lo Absoluto: por medio de un proceso dialéctico.

La dialéctica de Hegel

El término dialéctica dice respecto a la tensión entre las ideas. Algunas personas lo han usado como sinónimo de contradicción, que es tensión en el grado máximo. El proceso dialéctico de Hegel comienza con un punto de partida plausible, que se torna en la tesis. Al ser estudiada, la tesis puede implicar una noción contradictoria- la antitesis. Esta contradicción aparente tiende a crear un impass como en el caso de las filosofías de Heráclito y Parménides, y del racionalismo y del empirismo.

El impass puede ser resuelto apenas por una síntesis, que, en el fondo, rescata lo que es verdadero tanto en la tesis cuanto en la antitesis. Hegel entiende esta solución por la síntesis como resultado de aufheben, elevar o erigir el pensamiento a un nuevo nivel.

Las cosas progresan en forma de tríada (vea Fig. 10.2).

Cuando se llega a la síntesis, ella se torna una nueva tesis. Esto, a su vez genera una nueva antitesis, que requiere solución en una nueva síntesis. La historia avanza adelante y arriba de esta manera, como vemos en la Fig. 10.3.

Anticipando nuestro estudio de Karl Marx, podemos rotular la filosofía de Hegle como “idealismo dialéctico”. Hegel ilustra esto con su primera triada del conocimiento (vea Fig. 10.4). el ser es el concepto mas fundamental que la mente puede formular. Pero el propio concepto de ser contiene su antitesis, la idea de la nada o de no ser. La mente, al debatirse entre ser y no ser, se mueve al concepto de llegar a ser. Esta síntesis se apoya sobre nociones anteriores de ser y no ser.

Para Hegel la historia del mundo es la historia de las naciones, que progresan no por azar, sino por un proceso racional. Existe una razón, en verdad la Razón, o tras todas las mudanzas en la historia.

Karl Marx esta entre los pensadores mas destacados de la historia-notable por el grado en que sus ideas tuvieron un impacto sobre la cultura del mundo y la rapidez con que esto se dio. Cuando yo cursaba el segundo grado, la población del mundo contaba con 2 billones de personas. Cuando celebre mis 45 años de edad la población había crecido mucho. Lo que me dejo perplejo, sin embargo, ¡fue que entonces había 2 billones de personas solo tras la cortina de hierro! A mi mediana edad el número de personas viviendo bajo regimenes marxistas era el mismo de la población mundial de cuando yo era adolescente.

La filosofía de Marx, conocida popularmente como materialismo diabético, forma un fuerte contraste con la filosofía de la historia, de Hegel. Marx concuerda con Hegel en que el movimiento de la historia es de naturaleza dialéctica, pero Marx insiste en que la fuerza que mueve la historia no consiste en ideas o en la razón, sino en la economía. El embate entre posicionamiento económicos rivales es la causa de conflictos y cambios. Marx, con todo, no se satisface en quedarse sentado detrás de una mesa en la biblioteca del museo Británico a la espera de que la naturaleza siga su curso. Los cambios podían y debían ser impuestos por hombres de acción, que generasen revoluciones.

La desilusión de Marx

Hijo de judíos, Karl Marx nació en Trier, en Alemania, en 1818, mas o menos un siglo antes de la revolución Rusa. Durante su infancia, se mudo con la familia a una ciudad predominantemente Luterana. Por razones económicas o de negocios, su padre se “convirtió” al luteranismo, alimentando para toda la vida la desilusión del hijo con el papel de la religión en la vida.

Con 23 años de edad Marx obtuvo su doctorado en filosofía. Él leyó mucho las obras de Hegel y Ludwig Feuerbach. Este último enseño que el ser humano no fue creado a la imagen de Dios, sino que Dios fue creado a la imagen del ser humano. Toda la teología, de acuerdo con Feuerbach, no es sino antropología. Marx abrazo la idea de Feuerbach de que el ser humano, y no Dios, es quien se realiza en la historia.

La filosofía de la historia de Marx es al mismo tiempo una filosofía del ser humano. Los clasicistas lo definieron como homo sapiens, “el ser humano sabio”, creyendo que lo que separa al ser humano de los animales es el intelecto humano. Marx redefinió al ser humano como homo Faber, “el ser humano que hace” (de ahí la palabra “fabrica”, como en el alemán fabril).

Cuando encontramos a alguien por primera vez, generalmente hacemos por lo menos 3 preguntas: 1- ¿Cuál es tu nombre? 2- ¿Dónde moras? 3- ¿a que te dedicas? La tercera pregunta se refiere al trabajo o profesión de la persona. Esta es la pregunta que mas ocupa Marx, pues entiende que la identidad de la persona esta ligada a su trabajo. Para Marx, el trabajo es el principal catalizador de la realización propia del ser humano. Él es singular porque hace de su actividad el objeto de su conciencia y voluntad. El trabajo es un proceso dinámico entre el ser humano y la naturaleza. Por intermedio de su trabajo, el ser humano sobrevive.

Las épocas de la historia del mundo, dice Marx, son determinadas no tanto por aquello que las personas producen o hacen cómo por el modo en que lo hacen. Marx comprendió con perspicacia el papel decisivo de las herramientas en la producción de bienes. Por ejemplo: ¿Por qué un granjero americano produce más granos que un granjero en una nación subdesarrollada del tercer mundo? Ambos pueden ser de la misma altura, de la misma edad y de igual inteligencia. Solo que uno de ellos usa maquinas para plantar y cosechar, y trasporta sus bienes al mercado en un camión con aire acondicionado. El otro usa un arado grosero, cosecha con las manos, y lleva su producto al mercado en las espaldas de una mula. Uno de los granjeros posee las herramientas o “medios de producción”, y el otro no. Esta es la diferencia crucial entre los dos. La revolución industrial creo herramientas que aumentaron la producción de bienes de modo exponencial.

La comunidad humana, de acuerdo con Marx, es creada por el trabajo; mas específicamente, por la división del trabajo. Las personas trabajan unas para las otras. El trabajo es un emprendimiento colectivo, haciendo a la coexistencia esencial para la supervivencia. Este esfuerzo cooperativo en el trabajo es el que une a las personas en la historia del mundo.

Marx vio la revolución industrial como una amenaza seria al bienestar de la humanidad. La sociedad muto dramáticamente de agraria a industrial, en la medida en que el pueblo dejaba sus labores a los millares para procurar empleo en las fábricas.

¿Qué significo esto para la humanidad? El cambio del sistema agrícola al industrial resulto en la deshumanización del trabajador. Creo un estado de hostilidad económica, que exigía y necesitaba de algún tipo de reconciliación. El operario que como agricultor trabajaba para si mismo; ahora tenía que vender su trabajo al capitalista, que poseía los medios de producción, las herramientas. En un juego de béisbol sin árbitro, la decisión sobre “salvo” o “fuera”, en último análisis, es hecha por el dueño del balón o de la bola. “el bastón es mió; estas fuera” es la regla. En este sistema, quien posee las herramientas domina el juego.

Incluso cuando el trabajador sale del campo “voluntariamente” para trabajar en la fabrica y hace un “contrato libre de trabajo” (para ganar un salario por su trabajo), Marx no ve nada de “voluntario y libre” en esta transacción. El sistema económico “fuerza” al trabajador a abandonar el empleo propio y a emplearse junto al capitalista para ganar un salario. En verdad, el trabajador, en la opinión de Marx, se vuelve un mero esclavo que gana salarios. El trabajo del operario se vuelve un medio para el fin de otro. El trabajador ya no posee ni las herramientas (los medios de producción) ni el fruto de su trabajo (los productos que hizo).

La alienación del trabajador

En este proceso, Marx discernió 4 aspectos distintos de la alienación del trabajador: él esta alienado 1) de la naturaleza, 2) de él mismo, 3) de su “ser como especie”, 4) de los otros.

La relación original del ser humano con la naturaleza se rompe con su separación “no natural” del fruto de su trabajo. Su trabajo se vuelve un bien negociable, algo que es comprado y vendido. Su trabajo no es más suyo.

En sentido fundamental, el trabajador pierde su posesión. Marx entiende que el poder económico del capitalismo esta en la cuestión de la propiedad. El trabajador no posee nada. Incluso un empleado muy bien pagado es, en el juicio de Marx, nada más que un esclavo muy bien pagado.

Vemos este drama escenificado todos los días en nuestra cultura la gran mayoría de las personas son trabajadores y no propietarios. Incluso los ejecutivos reciben salarios por las tareas que desempeñan en las empresas. Por tanto, incluso los que reciben grandes salarios no son dueños de la empresa; a no ser que parte de su pago sea en acciones. Marx no previo que los trabajadores podrían participar de la posesión invirtiendo una parte de sus salarios en acciones.

La esencia del capitalismo es hacer que su dinero trabaje para usted. Acumular riqueza aun mientras esta durmiendo. Por ejemplo: el agricultor que es dueño de su tierra puede trabajar arduamente durante el día para cultivar lo que planto. Después, mientras él esta durmiendo, sus cosechas maduran, y (si la naturaleza le es favorable) su abundancia aumenta.

Yo personalmente soy al mismo tiempo empleado y emprendedor. Como empleado recibo un salario por mi trabajo. Recibo una cuota fija, independiente de los lucros o pérdidas de la empresa. (Esto se aplica, esta claro, solo “hasta cierto punto”: si la empresa deja de prosperar, puedo perder mi empleo.) Yo también escribo libros. La mayor parte de la ganancias de mis libros esta en manos de mis editores. Yo recibo una cuota de dinero por mi parte relativamente pequeña de la ganancia, por la vía de los derechos de autor. Mientras escribo este libro, en algún lugar del mundo un libro que escribí hace tiempo esta ganando Royalties (regalías) para mi. También puedo invertir el resultado de estos derechos en el mercado de capitales, con la esperanza de que mi capital crezca.

La propiedad, sin embargo, esta acompañada de riesgos. Quien posee algo debe invertir su capital. Este capital puede aumentar o disminuir; incluso puede ser totalmente perdido. En los estados unidos, cada año se abren 500 mil nuevas empresas. Después de un año, 20 % de ellas cierran sus puertas. Después de 10 años solo queda el 4 %, evidenciando una tasa muy elevada de fracasos. Los beneficios de las posesiones son muchos, pero los riesgos también son grandes. Por regla general es mas seguro invertir el capital en empresas fuertes y estables que en emprendimientos nuevos.

Las páginas deportivas últimamente están llenas de historias de litigios, jugadores sin contratos y cosas semejantes. Los jugadores (trabajadores en este caso) exigen una parte mayor de la posesión, sin antes haber corrido el riesgo de crear el club.

Marx entiende que el trabajador esta siendo alienado de si mismo porque su trabajo no es voluntario. Le es impuesto, creando un sentimiento de temor. El operario esta deprimido el lunes y no ve la hora de que llegue el sábado. Él se siente “humano” solo durante sus horas de descanso. El ser humano como homo faber ya no se siente realizado con su trabajo.

El ser humano esta alienado de su trabajo “ser como especie” en el sentido de que él tiene que expresar su carácter en actividad libre, conciente. Los animales “produce” solamente para atender sus necesidades naturales. El castor construye su dique, y el pájaro su nido, pero el ser humano trabaja para producir mucho más que sus necesidades básicas. Él crea en el campo de las artes, del intelecto y de una multitud de otras áreas. Cuando es empleado, dice Marx, el ser humano pierde su libertad creativa o la limita y, de cierta forma, es reducido a un animal que trabaja simplemente para poner pan en la mesa.

Por ultimo, el trabajador experimenta el distanciamiento de las otras personas. La comunión (Mitmensch) del trabajo conjunto en pro de la posesión común se pierde. El capitalismo prioriza la propiedad privada y reduce la posesión a algunos pocos. En el comunismo que Marx imagino, todos trabajan juntos para el bien común y tienen las posesiones en conjunto. El problema, claro esta, esta en el hecho de que, cuando todos son dueños de todo, nadie es dueño de nada.

La Subestructura de la sociedad

De acuerdo con Marx, toda sociedad tiene subestructura y superestructura. La subestructura es como el cimiento de un predio, mientras que la superestructura es el predio. El cimiento o subestructura determina el tipo de superestructura que puede ser construida sobre él.

La subestructura de una sociedad es su base económica u orden material, lo que incluyes factores de producción y relaciones de producción. En el curso de la historia, las relaciones de producción pasaron del sistema esclavista al feudal y al capitalista. La manera en que las herramientas son desarrolladas determina la manera en que las personas se relacionan. El hacha de piedra o el arco y flecha permiten cierta existencia independiente. El arado requiere una división de trabajo. Las maquinas pesadas aumentan la división del trabajo. Mientras mas sofisticadas sean las herramientas mayor será la división del trabajo. Esta división del trabajo cada vez mayor aumenta la lucha de clases.

El capitalismo, según Marx, reduce las clases a dos: los propietarios (la burguesía) y los trabajadores (el proletariado; él no previo el surgimiento de una clase media fuerte). El sistema de valores creado por este sistema produce un grado mayor de distanciamiento. Lo que Marx entiende por valores no corresponde al sentido contemporáneo común de la palabra, que confunde valores con ética y moralidad. Los valores pueden ser distinguidos de la ética, pero no separados completamente. En la teoría económica el valor es subjetivo, implicando preferencias personales. Nadie puede declarar cuanto valor tiene un bien o un servicio para mí. Puedo valorar un helado de chocolate más que usted, y usted puede valorar el helado de vainilla más que yo.

La naturaleza subjetiva de los valores estimula los trueques en el mercado, sea por permuta, o con el uso de monedas. En la permuta, alguien que tiene un par de zapatos de sobra pero precisa lámparas, puede cambiar con alguien que tiene lámparas de sobra pero que tiene falta de zapatos. Cuando se compran bienes y servicios con dinero, esto es solamente una forma mas compleja de permuta. En una transacción libre, cuando el vendedor pide un precio más alto por sus bienes del que el comprador esta dispuesto a pagar, la transacción fracasa. Si yo valoro mas el radio que usted tiene para vender de lo que valoro el dinero que tengo para gastar, comprare su radio. Si valoro mas mi dinero que su radio, no lo comprare.

En el capitalismo, el precio de bienes y servicios, así como el costo del trabajo, es determinado por las leyes de mercado de oferta y demanda. Cuanto mayor fuere la fuerza de trabajo, mas barato será el costo de trabajo. Esto permite que los productos sean vendidos a un precio más alto que el costo de los insumos (trabajo y materia prima), resultando en lucro. Este lucro va para el propietario. Esto crea lo que Marx llama valor excedente. El hecho de que el propietario gane más valor por su producto que el valor del trabajo que lo produjo le pareció a Marx la exploración de la clase trabajadora. Esta exploración es un ingrediente necesario del capitalismo y alimenta a lo que Marx llama “la ley de hierro de los salarios”.

En oposición al valor de mercado del trabajo en el capitalismo, MArx defiende la teoría de valor del trabajo: el valor de un producto esta basado en la cantidad de trabajo invertido en él. Si pudiésemos atribuir el fracaso abismal del Marxismo a uno de sus principios, este seria la teoría de valor del trabajo de Marx. Querer implementar una teoría tan objetiva de valor es ir en contra de la propia naturaleza de la humanidad con sus gustos, deseos y necesidades individuales. En el sistema capitalista, los precios son fijados por lo que las personas valoran, por lo que desean tener. Rembrandt conseguía pintar un cuadro de una naranja con mucha mayor rapidez y eficiencia que yo. Tengo que trabajar con más tiempo y empeño que él para pintar una naranja. En el mercado, sin embargo, la mayoría de las personas pagara mucho más dinero por un cuadro de Rembrandt que por el mío. La calidad de un servicio o bien no puede ser determinada simplemente por la cantidad de trabajo invertido en él.

Marx predice que la condición de los trabajadores en las sociedades capitalistas se volvería cada vez peor. Los pobres serian más pobres mientras que los ricos serian más ricos, hasta que las masas se revelasen y tomasen posesión de los medios de producción.

Este fue el mayor error de Marx. Él presupuso que el rico puede ser más rico solo a costa del pobre, lo cual es un mito. La ganancia de uno tenía que significar la perdida del otro. Esto puede ser verdad en un juego de póquer, pero no en el mundo real de los negocios. Con el crecimiento de la producción por el uso de mejores herramientas, el costo unitario de los bienes disminuye (por la ley de oferta y de demanda). Esto facilita que las personas reciban bienes y servicios, y eleva el parámetro de vida de los pobres. Ningún otro sistema económico ha sido tan eficiente como el capitalismo para elevar el parámetro de vida humana.

La superestructura de la sociedad

Marx afirma que la forma y el estilo de la superestructura de una sociedad son determinadas por la subestructura económica sobre la cual ella fue construida. Esta superestructura incluye la ideología de la sociedad en áreas como religión, moralidad y derecho. El “pensamiento” de una sociedad, por tanto, fluye de su “base materialista”. Ni la razón ni la teología moldea la sociedad; es la plataforma económica de la sociedad que moldea a su razón o teología.

En el campo del derecho, por ejemplo, Marx afirma que el derecho no es establecido sobre un fundamento religioso, filosófico o natural, sino sobre los intereses asentados de la clase dominante. En el capitalismo, la ley sirve para defender los intereses de la burguesía. Por un lado, Marx puede ser visto como un profeta de nuestra aceptación de grupos lobbystas que trabajan abiertamente por una legislación que favorezca sus intereses. Por otro lado, él no consiguió prever que una mayoría “proletaria” podría alcanzar la burguesía minoritaria con un impuesto de renta progresivo. Marx vio que la economía puede ser fácilmente politizada por leyes que tienden a reflejar los intereses impuestos por algún grupo, en vez de orientarse por un concepto abstracto de justicia.

Dentro del Marxismo, la igualdad es más importante que la equidad. En verdad, el Marxismo presupone que la equidad es alcanzada solo por la igualdad. Esto significa que el perezoso “merece” o “tiene derecho” a una parte del pastel igual a la del que trabaja y se esfuerza. Esto expresa el principio: “de cada uno según su capacidad, y a cada uno según su necesidad”.

Del mismo modo, de acuerdo con Marx, la religión, el “opio del pueblo” es un narcótico usado por la clase dominante para mantener en línea al proletariado. Al esclavo se le promete una recompensa en el cielo (el pastel será repartido en el cielo) si él se comporta bien aquí y permanece con sus manos lejos del pastel de la burguesía. Esta idea encontró eco en Vladimir Lenin. Él dijo que los comunistas tienen por cierto que no existe ningún dios. Pero si hubiese uno, esto seria solo un motivo mas para combatirlo, por tan malas obras que le son atribuidas. Para Marx (y mas tarde Lenin), la iglesia no tiene otro propósito que el de servir de museo que alberga las reliquias de la edad media.

Muchos intentos han sido hechos para crear una síntesis entre marxismo y religión. Esto puede ser obtenido solamente por la transformación del propio marxismo en una religión, pues su tesis fundamental es irreconciliable con el judaísmo y con el cristianismo histórico.

La escatología de Marx, basada en su visión dialéctica de la historia, predice la siguiente reacción en cadena:

1) El capitalismo se dirigirá a una situación de exceso de producción.

2) Los salarios serán reducidos.

3) El poder de compra de los trabajadores disminuirá.

4) Será creado un excedente de bienes.

5) Una guerra será iniciada para gastar este excedente.

6) Los efectos de la guerra causaran la autodestrucción del sistema.

El objetivo fundamental de Marx era acabar con la propiedad privada a través de la propiedad de los medios de producción por el estado. Esto crearía el orden utópico de una sociedad sin clases, sueño que se deshizo en la Unión Soviética y en la China Maoísta.

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