Filosofía para principiantes: Platón, alumno de Sócrates
- Los pensadores
- 29 may 2020
- 8 Min. de lectura
Por: Dr. R.C. Sproul
Platón nació en Atenas en el 428 a.C y murió con 80 años de edad. Una tradición reza que su nombre significa “hombros largos”, apellido que recibió cuando era joven, por evidenciar talento como luchador. Antes de conocer a Sócrates, Platón se interesaba por la poesía, interés que mantuvo y que puede ser visto en su estilo literario. Estudio con Sócrates cuando ya tenia más de 20 años. Después de la muerte de su mentor, platón dejo Atenas y fue a viajar por el mundo. En Sicília, conoció a los Pitagóricos (seguidores de Pitágoras). Durante este viaje dice la leyenda, él fue secuestrado, y colocado a la venta como esclavo, rescatado por un amigo y enviado de nuevo Atenas. A los 40 años fundo la Academia, por la cual se hizo famoso.
Miembro de la aristocracia ateniense, el padre de Platón descendía de los primeros reyes de Atenas. La Academia recibió ese nombre porque Platón obtuvo un pedazo de tierra en los alrededores de Atenas de un benefactor llamado Academos. La Academia, situada en un jardin de olivos, dio origen a la expresión, “los jardines de Academos”.
Una placa colocada en la entrada de la academia decía: “solamente para geómetras”. Para el observador moderno esta placa quiere decir que la escuela enseñaba solo matemática. La verdadera pasión de Platón, sin embargo, era la filosofía. La relación con la geometría es la siguiente: tanto la matemática como la filosofía pueden ser consideradas ciencias formales (relativas a la forma o esencia), en distinción de las ciencias fisicas o materiales. Platón siempre tuvo gran interés por la matemática y su relación con las formas abstractas, tema central en su pensamiento.
En el centro de la compleja teoría filosófica de Platón estaba su deseo de “salvar los fenómenos”. “fenómenos” se refiere a las cosas evidentes o manifiestas a nuestros sentidos. La tarea de la ciencia, en términos simples, es explicar la realidad. Los paradigmas científicos cambian mientras buscan explicaciones mas exactas y amplias para la realidad que se observa. Así, “salvar a los fenómenos” significa construir una teoría que explica la realidad con un mínimo de anomalías. Anomalía es un dato que no encaja en el parámetro o no puede ser explicado por el modelo o paradigma del momento; el paradigma es obligado a cambiar cuando las anomalías se vuelven muy fuertes o numerosas. La pasión de platón por “salvar a los fenómenos” ayudo a edificar los fundamentos filosóficos de la ciencia.
El paradigma de platón tenia el propósito de resolver la tensión entre Parménides y Heráclito, la tensión entre movimiento y permanencia, entre ser y llegar a ser. Usando términos Hegelianos posteriores de la dialéctica, podemos decir que el pensamiento de Heráclito (llegar a ser, movimiento) era una tesis, y el pensamiento de Parménides (ser, permanencia) era su antitesis; platón procuro una síntesis que explicase tanto cambio como permanencia, que incorporase ser y llegar a ser, como polos de una dialéctica que parece ser exigida por una visión mas amplia de la realidad.
La teoría de las ideas
A veces los estudiantes quedan confundidos al ver a platón ser descrito tanto como realista cuanto idealista. En la nomenclatura moderna estos términos son usados como antónimos. Un idealista tiende a ver el mundo a través de ojos color de rosa, ignorando el lado duro de la realidad. Inversamente un realista tiene una actitud escéptica en relación a los ideales elevados y prefiere concentrarse en las llagas y manchas de la vida.
Cuando los términos idealista y realista son aplicados a Platón, se pretende algo diferente. Él era un idealista por causa del significado central que atribuía a las Ideas (con “I” mayúscula). Y era realista porque argumentaba que las ideas no son meras construcciones mentales o nombres (nomina), sino entidades reales.
Platón imagino dos “mundos” diferentes. El mundo o esfera de la realidad principal es el mundo de las ideas. Este lugar metafísico esta mas allá o por detrás de la esfera de las cosas materiales. Para Platón, el mundo de las ideas no solo es real, sino también “más real” que el mundo de los objetos físicos.
Para platón, el mundo de las ideas es la esfera del verdadero conocimiento. El mundo de los objetos materiales es la esfera de la mera opinión. Su famosa analogía de las cavernas ilustra eso. En la republica, platón cuenta la historia imaginaria de personas que vivieron como prisioneras en una caverna desde la infancia. Están encadenadas e inmovilizadas. Su campo de visión se restringe a un muro que esta inmediatamente frente a ellos. Por detrás hay un area mas alta por donde pasan otras personas cargando objetos hechos de madera, piedra y otros materiales. La luz de una fogata proyecta las sombras de las personas sobre el muro que los prisioneros consiguen ver. Ellos oyen la voz de aquellas personas y concluyen que las voces vienen de las sombras. De hecho, la única percepción que tienen de la realidad vienen de esas sombras.
Platón, entonces, pregunta que acontecería si uno de los prisioneros fuese soltado y autorizado para ir en dirección al fuego. Inmovilizado por tantos años, andar le seria doloroso. El brillo de la fogata ofuscaría sus ojos. Como mirar a objetos de verdad exige mas esfuerzo que mirar a las sombras, él estaría inclinado a volver a su antigua posición y limitaría su mirar a las sombras a la que esta acostumbrado.
Ahora imagine que este prisionero fuese arrastrado de la caverna hacia el sol del medio día. El dolor en sus ojos seria mucho mayor. Luego, sin embargo, sus ojos se acostumbrarían a la luz, y él podría ver las cosas claramente. Para él esto seria una gran revelación. Si, después, él fuese obligado a regresar a la caverna e intentase explicar su nueva comprensión de la realidad, seria ridiculizado. “si aquellas otras personas pudiesen poner las manos en aquel hombre que estaba intentando libertarlas y llevarlas hacia fuera, ellas lo matarían”, dice Platón, refiriéndose tal vez al destino de Sócrates como su amado mentor.
Para platón, el conocimiento que se restringe al mundo material, en la mejor de las hipótesis, es mera opinión, y, en la peor, ignorancia. La tarea de la educación es conducir a las personas de la oscuridad hacia la luz, de la caverna con sus sombras hacia el sol del mediodía. El termino latino educare describe este proceso. Su significado literal es “conducir hacia fuera”, pues la raíz ducare significa “conducir”. Recordemos que Benito Mussolini usaba el titulo Il duce, que significa “el líder”.
Platón decía que las personas vivían en dos mundos diferentes: el mundo de las ideas y el mundo de los objetos físicos. Él llamaba a los objetos materiales “receptáculos” –cosas que reciben o contienen otras cosas. El objeto físico contiene su idea o forma. La forma es distinta del objeto. La forma causa la esencia de una cosa. En este sentido, el objeto material participa de su forma ideal o la imita. Pero no pasa de una copia de la forma ideal, más allá de esto imperfecta.
Este concepto de la relación entre forma y materia, idea y receptáculo, esta en el centro de la noción griega de la imperfección inherente a todas las cosas materiales, lo que llevo inevitablemente al desprecio por las cosas fisicas. Esta visión negativa de la realidad física influencio a muchas teologías cristianas.
La Teoría de la Recordación
La ontología de Platón (su teoría de la naturaleza del ser) tuvo una influencia importante sobre su epistemología (su teoría de la naturaleza del conocimiento). La teoría de la recordación es frecuentemente llamada teoría de la Reminiscencia. Tanto recordación cuanto reminiscencia presuponen el acto de recordar.
Para entender esta idea, hagamos la siguiente pregunta: Cuándo tu piensas en una silla, ¿que idea o concepto viene a su mente? ¿Una silla de madera con respaldo y asiento de cuero? ¿una silla de metal, plegable? ¿Una silla tapizada en la sala? ¿o tal vez una silla mecedora? Estos son apenas algunos ejemplos de una gran variedad de objetos llamados “silla”.
¿Cómo definiríamos las características comunes o la “esencia” de una silla? ¿Podemos decir simplemente que una silla es “un objeto en el que se sienta”? Esto no seria adecuado. Nos sentamos en objetos que no llamamos sillas. Hay diferencia entre una silla y un sofá, una silla y un banco, una silla y una banqueta. Podemos decir que una silla tiene cuatro patas, pero algunas tienen tres y otras tienen más, y las mecedoras no tienen patas.
Incluso platón a veces tuvo dificultades para definir las cosas con exactitud. Al procurar una definición para ser humano se detuvo por algún tiempo en la definición “Bípedo sin plumas”, hasta que uno de sus alumnos detrás de un muro, arrojo una gallina desplumada portando un cartel que decía: “el hombre según platón”.
Platón argumento que en el mundo ideal existe una idea perfecta de silla o “silleidad” . Nuestra alma viene del mundo ideal con el conocimiento de la silla ideal. Este conocimiento es oscurecido pero no apagado por el cuerpo, que es la prisión del alma. El cuerpo es la caverna en que el alma o mente es mantenida presa. La silla que vemos en el mundo físico son sombras o copias imperfectas de la silla real, ideal. Reconocemos las sillas como tales a medida que se aproximan a la idea perfecta de “silleidad” que es innata a nuestra mente.
Me acuerdo de la tentativa de la Suprema Corte de los Estados Unidos de definir pornografía. “puedo no ser capaz de definir pornografía, pero yo se cuando la veo”, dijo uno de los jueces. Del mismo modo podemos no ser capaces de definir la silla de modo preciso o exhaustivo, pero sabemos cuando vemos una. Platón explicaría esto diciendo que nuestro encuentro con una silla física, que es receptáculo o copia imperfecta de la silla ideal o de la idea de “silleidad” , estimula nuestra memoria de la idea perfecta de silla. Por eso la llamamos silla.
Platón desarrolla este tema en diversos diálogos. En Menon (4), Sócrates lleva a un joven esclavo sin instrucción a pronunciar el teorema de Pitágoras. Haciendo las preguntas correctas al joven, Sócrates lo lleva a recordad la verdad formal desde lo recóndito y mas profundo de su mente o alma.
Para Platón, el conocimiento no viene por la experiencia (A posteriori), sino por la razón (a Priori). Las ideas fundamentales son innatas y no descubiertas por la experiencia. La mejor cosa que los sentidos pueden hacer es despertar la conciencia para lo que ella ya sabe. En la peor de las hipótesis, los sentidos pueden eludir a la mente. Enseñar es, de cierta forma, el trabajo de una partera, en el que el profesor apenas ayuda al alumno a dar a luz una idea que ya esta allí.
Platón colocaba la mente en primer lugar. No es de admirar que él haya colocado la placa “solamente para geometrías”. La mente o alma tiene tres partes, de acuerdo con platón: Razón, espíritu y apetito. La razón tiene que ver con la percepción de un valor u objetivo. El espíritu es lo que mueve a la acción, bajo el impulso de la razón. El apetito es el deseo por cosas fisicas. Experimentamos conflicto moral cuando el espíritu sufre la oposición del apetito. Ellos son como caballos que nos empujan en direcciones opuestas. La vida concreta o virtuosa es dominada por la razón contemplativa.
El verdadero filosofo no puede satisfacerse con el conocimiento empírico o sensorial, que no es el conocimiento ideal, sino el conocimiento nebuloso de la opinión- el “conocimiento” de la caverna. El verdadero filosofo busca la esencia de las cosas, los ideales. Esto le permite elevarse por encima de la superficialidad del sofisma y del escepticismo de los materialistas. Él busca el universal y no se satisface con una lista de particulares. Después de discernir que determinado objeto es bello o virtuoso, él va más allá de aquel particular para descubrir la propia esencia de la belleza y de la virtud. Algo solo es bueno si participa o imita la idea perfecta del bien, y este ideal era el dios de platón.
Desde platón, la filosofía jamás dejo de luchar con la posición metafísica de las ideas, la relación entre lo formal y lo material y la relación entre la mente y los sentidos.
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