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TEOLOGÍA sistemática: La necesidad de la teología

Actualizado: 28 may 2020

Por: Vincent Cheung


LA NECESIDAD DE TEOLOGÍA

La teología es necesaria no solamente para las actividades cristianas, mas también apara toda la vida y el pensamiento. Visto que Dios es tanto máximo cuanto omnipotente, tiene el derecho y la capacidad de dirigir todos los aspectos de nuestras vidas. La teología procura entender y sistematizar su revelación verbal, y es autoritativa hasta donde ella refleje la enseñanza de la escritura. La necesidad de teología es una cuestión de la necesidad de la comunicación de Dios. Visto que este es su universo, la fuente final de información e interpretación de todo lo concerniente a la vida y el pensamiento es la revelación divina. Y, visto que es preciso oír de Dios, la teología es necesaria.


La teología es central para todo lo concerniente a la vida y el pensamiento, porque ella trata con la revelación verbal del supremo ser, la realidad esencial que da existencia y significado a todo. Por ejemplo, la ignorancia de teorías musicales no tiene relevancia directa para con la habilidad de alguno con el algebra o raciocinar con asuntos morales. Aun así, la ignorancia con respecto a la revelación divina afecta toda la vida y el pensamiento, desde la visión de alguien sobre historia y filosofía, hasta la interpretación de la música y la literatura, y el entendimiento de la matemática y la física.

Visto que este es el universo de Dios, solamente su interpretación sobre todo es correcta, y él revelo sus pensamientos para nosotros a través de las palabras de la Biblia. Se sigue, por lo tanto, que una ignorancia de la teología significa que la interpretación de alguien sobre cada asunto carecerá del factor definitivo que ponga en este la perspectiva correcta. En el área de la ética, por ejemplo, es imposible presentar cualquier principio moral universalmente obligatorio, sin recurrí a Dios. Hasta los conceptos de cierto y errado permanecen indefinidos sin su revelación verbal. Y, visto que la Biblia es la única revelación divina, objetiva y publica, el único modo de recurrir a la autoridad de Dios es apelando a la Biblia.

Una de las mayores razones para estudiar teología es el valor intrínseco del conocimiento acerca de Dios. Cada categoría de conocimiento es un medio para un fin, pero el conocimiento de Dios es un fin digno en si mismo. Y, visto que Dios se revelo a través de la escritura, conocer la escritura es conocerlo, y esto significa estudiar teología.

Sucumbiendo al espiritual anti-intelectual de esta generación, algunos creyentes distinguen de conocer a Dios y conocer sobre Dios. Si “conocer sobre” él se refiere al estudio formal de la teología, entonces, para ellos, alguien puede saber mucho sobre Dios sin conocerlo, y alguien pude conocer a Dios sin conocer mucho sobre él. Un conocimiento teológico de una persona es no es directamente proporcional a cuan bien ella conoce a Dios.

Pero, si es posible conocer a Dios sin conocer mucho sobre él, ¿Qué significa conocerlo? Si conocer a Dios significa tener compañerismo con él entonces, esto abarca la comunión, que, consecuentemente, requiere intercambio de pensamiento y contenido intelectual, de esta forma, trayendo de nuevo el concepto de conocimiento acerca de algo. Una persona no puede comunicarse con otra sin cambiar información en forma de proposiciones, o de una manera en la cual la información conducida sea reducible a proposiciones.

¿Cómo alguien conoce a Dios, sino a través de conocer sobre él? Alguien puede responder que conocemos a Dios a través de experiencias religiosas, pero esto es definido e interpretado por la teología, o el conocimiento sobre Dios. ¿Qué es una experiencia religiosa? ¿Cómo sabe alguien si la recibió? ¿Qué significa un sentimiento o sensación particular? Las respuestas para estas cuestiones pueden venir solamente por el estudio de la revelación verbal de Dios. Incluso si fuese posible conocer a Dios a través de la experiencia religiosa, lo que la persona ganaría seria un conocimiento sobre Dios, o una información intelectual reducible a proposiciones.

Alguien puede reivindicar conocer a Dios a través de la oración y de la adoración. Pero, tanto el objeto como la práctica de la oración y de la adoración permanecen indefinidos hasta que esta persona estudie teología. Antes de poder orar y adorar, ella primero debe determinar a quien debe ofrecer esto. Subsecuentemente, debe determinar, a partir de la revelación bíblica, el modo por el cual ella debe ofrecer oración y adoración. La escritura gobierna cada aspecto de la oración y de la adoración. El conocimiento de Dios, por lo tanto viene de su revelación verbal, y no de medios o ejercicios religiosos no verbales. La mayoría de las personas que resiste a los estudios teológicos no piensa sobre tales cuestiones, pero son capaces de orar y adorar, asumiendo, frecuentemente sin garantía, el objeto y la manera de estas practicas espirituales.

Todavía, otra persona puede decir que conseguimos conocer a Dios por andar en amor. Pero, nuevamente, el concepto de amor permanece indefinido, hasta que ella estudie teología. Incluso la relación entre conocer a Dios y andar en amor se origina en la Biblia:

“amados, amémonos unos a otros, pues el amor procede de Dios. Aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan4:7-8).

Sin este y otros pasajes similares en la Biblia, no se puede justificar la reivindicación de que conocer a Dios es andar en amor. Muchos que alegan conocer a Dios a través de un andar en amor, no están haciendo nada mas allá de ser bondadoso para con los otros, por una bondad definida por las normas sociales, y no por la escritura. Estos individuos no poseen nada más que una ilusión de conocer a Dios.

Cuando una persona intenta responder a las cuestiones de arriba, sobre como alguien llega a conocer a Dios, esta haciendo teología. El asunto, entonces, es el siguiente: ¿su teología es correcta? Por lo tanto, la teología es inevitable. Mientras que una teología errada lleva a un desastre espiritual y practico, una teología acertada conduce a una adoración genuina y a un vivir piadoso.

Un eslogan que refleja la actitud anti-intelectual de muchos cristianos, dice: “déme a Jesús, no exégesis”. Sin embargo, es la escritura la que nos da información sobre Jesús, y es a través de la exégesis bíblica que averiguamos el significado de la escritura. Sin exégesis, por tanto, nadie puede conocer a Jesús. A penas se debe probar esta afirmación cuestionando a aquellos que dicen tales cosas, con este eslogan, sobre lo que ellos saben de Jesús. La mayoría de las veces su versión de Jesús no parece, ni remotamente, la del relato bíblico. Esto significa que ellos no lo conocen de forma alguna, sin hablar de otros temas teológicos importantes, tales como la infalibilidad bíblica, la elección divina y el gobierno de l a iglesia. Lo que tenemos que decir es: “déme a Jesús a través de la exégesis”.

Un repudio a la teología es también un rechazo de conocer a Dios por medio del modo por él prescrito. El conocimiento de la escritura- conocer sobre Dios o estudiar teología-debe estar por encima de todo en la vida y pensamiento humano. La teología define y da significado a todo lo que alguien pueda pensar y hacer. Ella esta por encima de todas las otras necesidades (Lucas 10:42); ninguna otra tarea o disciplina se acerca a ella en cuanto a su significancia. Por lo tanto, el estudio de la teología es la actividad humana más importante.

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