Teología Sistemática: Dios 3
- Los pensadores
- 28 may 2020
- 18 Min. de lectura
Por: Vincent Cheung
ARGUMENTO TRASCENDENTAL, algunas veces llamado argumento abductivo, parte de un conocido o reconocido Y para una necesaria precondición X. o, como dijo Robert Stern, explica:
Tal como se presenta correctamente, se dice habitualmente que los argumentos trascendentales son distintos al desarrollar un cierto tipo de afirmación, a saber, que “para Y ser posible, X debe ser la cuestión”, donde Y es un hecho indiscutible sobre nosotros y nuestra vida mental (por ejemplo que tenemos experiencia, usamos lenguaje, hacemos ciertos juicios, tenemos ciertos conceptos, desempeñamos ciertas acciones,.) mas, exactamente lo que es sustituido por X, es donde esta abierto a debate en esta etapa. (29)
Un aspecto del sistema bíblico de apologética incluye discutir que dado cualquier Y, la pre-condición necesaria (X) es la cosmovisión bíblica entera. Por ejemplo, entre otras cosas, las ciencia asume la uniformidad de la naturaleza (Y), mas eso exige la cosmovisión bíblica (X); (30) por tanto, la cosmovisión bíblica es una presuposición necesaria que torna posible la ciencia. La implicación es que la ciencia nunca puede desaprobar a la escritura, o argumentar contra ella.
La enseñanza bíblica genera un tipo particular de argumento trascendental (31) que es irrefutable, visto que en el proceso de argumentación él muestra que la cosmovisión bíblica (X) es aplicable para todo y cualquier Y. Todo lo que es substituido por Y en el contexto del debate, la cosmovisión bíblica (X) es su pre-condición necesaria. Eso es verdad aun respecto a los argumentos contra el cristianismo-sin la cosmovisión bíblica como la presuposición, ninguna objeción contra él ni siquiera es inteligible (32). Por eso, una vez que la Biblia entera ya esta reconocida como verdadera, ninguna objeción contra ella puede ser verdadera.
Esto es un argumento indirecto positivo a favor de la cosmovisión bíblica. Una estrategia bíblica de apologética debe emplear ambos argumentos los directos e indirectos. (33) lo que sigue entonces, es un argumento directo positivo a favor de la fe cristiana, al cual llamo EL ARGUMENTO DOGMÁTICO (34).
La palabra “dogmática” tiene algunas connotaciones muy desfavorables en el habla coloquial. Un diccionario define “dogmatismo” como “seguridad en la afirmación de una opinión, especialmente cuando es injustificable o arrogante; un punto de vista o sistema de ideas basado en premisas insuficientemente examinadas”, y un “dogma” es “un punto de vista o doctrina creído sin fundamentos adecuados” (35). Aunque esto refleja el uso común, no es lo que significa para nosotros.
“dogmático” puede simplemente querer decir “doctrinario” (36) o “basado en principios apriorísticos, no en inducción”.(37) Ambas definiciones son aplicables en nuestro contexto. Los sinónimos de tal palabra incluyen, “dictatorial, autoritario, imperioso”, y en otro sentido, “deductivo, a priori, deducible, derivable, y probado”. (38) El todo de la Escritura cristiana es una revelación de Dios. Y visto que Dios habla con autoridad absoluta y “dictatorial”,(39) su revelación verbal forma la pre-condición de todo en la vida y pensamiento, y cualquier conocimiento solamente viene de deducciones validas de esta.
En God and Reason, Ed. L. Miller explica muy bien la posición filosófica del dogmatismo:
Una de las características de la tradición judaico-cristiana es su creencia en una auto-revelación divina: Dios interviene en la historia humana y habla; él se revela a si mismo en una “revelación especial”. Y el conocimiento de Dios extraído de su revelación es un ejemplo de teología revelada. Tal teología es algunas veces llamada “dogmática” (en el mejor sentido de la palabra) o “confesional”, porque busca elucidar los artículos de la fe (dogmas) divinamente concedidos, que toma como sus datos fundamentales e innegociables. El teólogo dogmático no es diferente del matemático, pues comienza con ciertas suposiciones, aunque en tal caso son suposiciones reveladas; el sistema es limitado por la revelación, es completo y es ofrecido como un Package deal (grupo de cosas agrupadas juntamente, y que deben ser reunidas siempre de esa forma). (40).
El sistema cristiano admite la infalibilidad bíblica, o la presuposición de que “la Biblia es la palabra de Dios”, como su primer principio auto-autenticado. Por auto-autenticado, no quiero decir que la Biblia se verifica en nuestra experiencia (aunque eso ocurra), visto que si fuese por nuestra experiencia que ella prueba ser verdadera, no seria auto-autenticada. No me estoy refiriendo al testimonio interno del Espíritu Santo de la veracidad bíblica, aunque tal cosa suceda en aquellos escogidos de Dios para la salvación. Antes, quiero decir que el contenido de la Biblia se verifica por si misma; no precisa apelar a cualquier premisa externa.
De este primer principio de Infalibilidad bíblica, el resto del sistema sigue por necesidad mediante deducciones validas. Visto que el primer principio se verifica por si mismo como verdadero, cualquier presuposición validamente deducida de él es también verdadera. Visto que la revelación bíblica condena todos los otros sistemas de pensamiento, y todo lo que ella dice es verdadero, la fe cristiana es, pues, el único sistema verdadero de pensamiento, por el cual toda proposición es evaluada y tornada inteligible.
El método es similar al racionalismo. Aunque su uso tenaz de la deducción sea recomendable, el racionalismo no-cristiano falla porque sus principios son arbitrarios e injustificados. Por otro lado, la Biblia tiene el contenido para justificarse a si misma como el infalible principio de la fe cristiana. Mas dogmatismo tal vez sea el mejor nombre (41), visto que contiene la idea de que la cosmovisión bíblica consiste de, en las palabras de Miller, suposiciones reveladas completas ofrecidas de modo tal que todas tienen que estar reunidas de la misma forma (´package deal´).
Todos tienen una cosmovisión-una red de proposiciones interrelacionadas, la suma de las cuales compone “una concepción o aprehensión completa del mundo” (42). Hay un punto de partida o primer principio en toda cosmovisión del cual el resto del sistema es derivado. No es posible que una cosmovisión sea una red de proposiciones que dependen una de la otra sin un primer principio, visto que aun tal concepción de una cosmovisión requiere una justificación epistemológica. Hay aun algunas creencias que son más centrales en la red, la quiebra de las cuales destruye las presuposiciones más distantes del centro. Aun las alegaciones mas centrales requieren justificación, y una cosmovisión en la cual las presuposiciones dependen una de la otra de manera que no posean un primer principio u autoridad definitiva es expuesto como no teniendo justificación en absoluto.
Luego, toda cosmovisión exige un primer principio o autoridad definitiva. Siendo primero o definitivo, tal principio no puede ser justificado por cualquier autoridad anterior o mayor; de otra forma, no seria primero o definitivo. El primer principio debe entonces poseer el contenido para justificarse a si mismo. Por ejemplo, la proposición “todo conocimiento viene de la experiencia sensorial”, falla en ser el primer principio en el cual una cosmovisión pueda ser construida, visto que si todo conocimiento viene de la experiencia sensorial, ese principio propuesto debe también ser conocido solamente por la experiencia sensorial, mas antes de ofrecer el principio, la confiabilidad de la experiencia sensorial aun no estaba establecida. De ese modo, el principio resulta en un círculo vicioso, y se autodestruye. No importa lo que pueda ser validamente deducido de tal principio-si el sistema ni siquiera puede inicial, lo que se sigue del principio no puede ser aceptado.
Una cosmovisión que comience con una contradicción es imposible, y debe ser rechazada. Esto porque las contradicciones son ininteligibles y sin significado. La ley de contradicción (43) afirma que “A no es no-A”, o que algo no puede ser verdadero y no verdadero al mismo tiempo y en el mismo sentido. Para realizar una negación de esa ley debemos usar esa misma ley para dar significado. Si la verdad puede ser contradictoria, entonces la verdad no puede ser contradictoria, perros son gatos, elefantes son ratas, y “vea a Jean correr” quiere decir “yo soy casado”. Si no es verdadero que “A no es no- A”, nada es inteligible.
Visto que ningún primer principio legitimo puede contradecirse a si mismo, el escepticismo epistemológico, siendo contradictorio, debe ser rechazado. Un escéptico filosófico sustenta que “ningún conocimiento es posible…o que no hay evidencia suficiente o adecuada para decir que cualquier conocimiento sea posible” (44). O él declara saber que nada puede ser conocido, o que hay evidencia inadecuada para saber cualquier cosa. Ambas opciones declaran y niegan el conocimiento absoluto al mismo tiempo, y, por consiguiente, son auto-contradictorias.
Los primeros principios auto-contradictorios son insustentables, y el escepticismo es auto-contradictorio. Eso significa que un primer principio adecuado debe garantizar la posibilidad del conocimiento. Mas allá de eso, tal principio debe ofrecer una cantidad adecuada de conocimiento, y no meramente tornar posible el conocimiento. Aun si “mi nombre es Vincent” fuere una afirmación verdadera, eso no me da cualquier información sobre el origen del universo, o que robar sea inmoral. Ni siquiera define moralidad. Mas ¿Cómo se que la proposición es verdadera en primer lugar? Ella no tiene una epistemología completa y que se justifique a si misma en su contenido. Un principio que falle al ofrecer información concerniente a categorías necesarias del pensamiento tales como epistemología, metafísica y ética, es, por tanto, inadecuado.
Un primer principio no puede ser basado en inducción, la cual raciocina de lo particular para lo universal (45). Ninguna cantidad de investigación empírica puede decirme, por ejemplo, que “cada ser humano tiene un cerebro”. Para establecer una proposición general como esa, debo examinar a cada ser humano. Y al examinar seres humanos en una parte del mundo, debo garantizar de alguna forma que la naturaleza del hombre no haya cambiado en aquellas partes del mundo cuyos seres humanos ya había estudiado. Si pretendo aplicar la afirmación a todos los seres humanos en el pasado y en el futuro, debo también examinar todos los seres humanos en el paso y en el futuro. Visto que tal cosa es imposible, el raciocinio inductivo y los métodos empíricos no pueden justificar la proposición.
Basándose en los métodos empíricos seria imposible definir un ser humano en primer lugar, visto que tal concepto es también un universal. Problemas similares son inherentes al establecer una proposición como “todos los hombres son mortales”. Algunos procuran salvar la inducción diciendo que, aunque no se pueda concluyentemente establecer cualquier proposición, por lo menos se puede establecer una alegación como probable. Entre tanto, si probabilidad es “la relación entre el numero de resultados en un conjunto exhaustivo de resultados igualmente probables que producen un determinado evento por el numero total de resultados posibles” (46), aunque admitamos que los métodos empíricos puedan descubrir el numerador de la fracción –aunque yo niegue aun eso al empirismo-, determinar el denominador requiere conocimiento de un universal, y la omnisciencia es exigida para establecerlo en muchos casos. Visto que los métodos empíricos no pueden conocer universales, decir que esto puede llegar al conocimiento probable es contraproducente.
La inducción es siempre una falacia formal, y un sistema basado en un principio empírico no puede lograr éxito. La deducción, por otro lado, produce conclusiones que están garantizadas a ser verdaderas si también lo fueran las premisas, y si el proceso de raciocinio fuere valido. El racionalismo emplea la deducción y como tal es superior a los métodos empíricos. Los sistemas racionalísticos parecen ser menos populares, mas señalaremos algunas de sus dificultades antes de continuar.
El racionalismo selecciona un primer principio y de él deduce el resto del sistema, de manera muy semejante a la de alguien que comienza con uno o más axiomas en geometría. Si el primer principio es verdadero, y el proceso de raciocinio deductivo es valido, las proposiciones subsidiarias, o teoremas, serian todos verdaderos por necesidad. El problema con el racionalismo no-revelacional es cómo alguien puede seleccionar un primer principio (47). Ahora, si el axioma seleccionado es auto-contradictorio, entonces, naturalmente, es rechazado. Mas suponiendo que un primer principio no-contradictorio se ha seleccionado, él aun debe justificarse a si mismo.
Solamente el primer principio cristiano es auto-justificador, mas, aun si asumimos que varios principios auto-consistentes y auto-justificados existen, ellos deben ser extensos lo suficiente para transmitir conocimiento posible. Así, postular “mi nombre es Vincent” como primer principio de una cosmovisión deductiva resultaría en el fracaso mencionado anteriormente. Finalmente, hay varias escuelas de sistemas racionalistas, y sus puntos de partida son diferentes e incompatibles. ¿Cuál es el correcto? Una cosmovisión racionalista con un primer principio arbitrario no puede lograr el éxito. Aunque el resultado no sea nada mejor, el método en si aun es superior al procedimiento inductivo.
En este punto, todos los sistemas no-cristianos ya fracasaron, incluyendo la alegada revelación del Islam (48). No pueden satisfacer todos los requerimientos listados aquí largamente. Con todo, para ampliar, debemos mencionar también que las proposiciones dentro de una cosmovisión no pueden contradecirse una a la otra. Un primer principio no debe producir una proposición en política que contradiga otra proposición en ética. Creo que no hay necesidad alguna de citar de nuevo el problema con las contradicciones.
La estrategia actual de apologética comienza con el reconocimiento de que el cristianismo es el único sistema deductivo con un primer principio auto-consistente y auto-justificador revelado por un ser omnisciente todopoderoso. El principio es bastante amplio para ofrecer un número adecuado de proposiciones suficientes para construir una cosmovisión completa que no ocasiona ninguna auto-contradicción. Por tanto, la cosmovisión bíblica es la precondición de inteligibilidad, conocimiento y verdad. Todos los otros sistemas de pensamiento no pueden tornar posible el conocimiento y de este modo, colapsan en el escepticismo filosófico. Mas visto que el escepticismo es auto-contradictorio, no se puede permanecer en tal posición, y el cristianismo es el único camino para salir del abismo epistemológico (49).
Lo que los argumentos clásicos en pro de la existencia de Dios no hacen es ofrecer una prueba positiva de toda la cosmovisión bíblica. Cada uno solamente se pone a favor de la veracidad de varias proposiciones bíblicas, tales como Dios como creador, como el proyectista, o como el dador de las leyes morales. No obstante, el argumento dogmático simultáneamente prueba todas las proposiciones bíblicas y todas sus implicaciones lógicas. Si la Biblia entera es verdadera, entonces naturalmente el Dios bíblico existe, y cualquier otro concepto sobre él esta automáticamente excluido.
Un defecto objetivo mas serio de los argumentos teístas clásicos es su dependencia de la ciencia y del empirismo (50). Si la ciencia y el empirismo son fatalmente defectuosos como medios para descubrir la naturaleza de la realidad, cualquier argumento que se fíe en ellos falla aun antes de comenzar, aunque en el caso de los argumentos teístas, parecemos llegar a la conclusión apropiada. O sea, la ciencia puede afirmar la existencia de Dios, mas rechazo la confiabilidad de ella aunque yo también afirme eso.
Con todo, los argumentos teístas permanecen útiles como un tipo de argumentos ad hominem,(51) donde alguien emplea premisas asumidas por un incrédulo y a partir de ellas raciocina, rumbo a conclusiones absurdas, demostrando así la falsedad de las premisas del incrédulo, o concluyendo favorablemente al creyente, como en el caso de la existencia de Dios (52). Los argumentos teístas son capaces de mostrar la superioridad racional y la exclusividad de la fe cristiana aun cuando se asume la falsa premisa de que los métodos científicos y empíricos son confiables, o pueden descubrir la verdad (53). Aunque ellos no se apoyen en un fundamento infalible, son útiles como una parte de la apologética que derrota al incrédulo en su propio territorio. Entre tanto, un argumento infalible a favor del cristianismo, o cualquier argumento infalible, requiere de la infalible revelación de Dios como punto de partida (54).
Proverbios 26: 4-5 enseña dos principios de argumentación que ayudan a resumir la estrategia bíblica de la apologética:
1. No respondas al tonto según su necedad, para que no te hagas semejante a él.
2. Responde al tonto según su necedad, para que él no sea sabio a sus propios ojos.
El tonto cree en la ciencia y en el empirismo (55). Piensa que su mente finita y su metodología defectuosa pueden descubrir la verdad acerca de la realidad, que no precisa de revelación divina alguna, y que puede alcanzar el conocimiento a través de la investigación autónoma y el raciocinio. El versículo 4 alerta al creyente para no argumentar como el tonto, a fin de evitar volverse como él. Del infalible fundamento de la revelación verbal divina, podemos deducir un infalible y completo sistema de verdad y conocimiento. Este es el aspecto positivo de la estrategia bíblica de apologética, y consiste tanto de argumentos directos e indirectos, tanto de raciocinio deductivo como abductivo (56).
Con todo, sin volverse como el tonto en nuestro pensar, podemos temporalmente asumir las premisas que él apoya, meramente por causa del argumento, para decir donde ellas llevan (57). Podemos contender que es locura confiar en la ciencia como medio para descubrir la verdad acerca de la realidad, mas entonces también podemos mostrar que las cosas que la ciencia ha descubierto favorecen a la fe cristiana mas que cualquier otra cosmovisión, y al mismo tiempo impone prejuicios a los valores y creencias seculares. Podemos formular argumentos históricos contra nuestro oponente, sabiendo que su método de investigación histórica evita cualquier conocimiento de la historia en primer lugar (58). Este es el aspecto negativo de la estrategia bíblica de apologética, y frecuentemente incluye argumentos que utilizan premisas científicas y empíricas.
Esta estrategia dual de argumentación trabaja contra todos los sistemas de pensamiento no-cristianos, incluyendo religiones no-bíblicas (59). Visto que la Biblia es verdadera, y visto que condena todas las otras religiones, entonces todas las religiones no-bíblicas son declaradas como falsas por la misma infalible autoridad de Dios que declara que a Biblia es verdadera. Cualquiera que desafié esto debe refutar la Biblia, en aquel punto en que el creyente puede emplear el argumento dogmático y el argumento trascendental para defender su fe y continuar demoliendo la posición de su oponente.
Podemos demostrar que la religión de nuestro oponente es auto-contradictoria, y que algunos de los valores éticos que ella atesora pueden solamente ser explicados por la cosmovisión bíblica. Por ejemplo, la ética de budismo carece de cualquier fundamento autorizado; es arbitraria. Y si la religión opuesta testifica el método secular de investigación histórica, podemos entonces usar sus hallazgos para exponer los errores históricos de sus doctrinas, tal como acontece con el Corán y el libro del Mormon.
De esta manera el apologista cristiano hábilmente emplea tanto argumentación positiva como negativa para defender su fe, así confunde y refuta a su oponente. Como escribió el apóstol Pablo:
Las armas con las que luchamos no son humanas; al contrario, son poderosas en Dios para destruir fortalezas. Destruimos argumentos y toda pretensión que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento, para tornarlo obediente a cristo.(2 Corintios 10:4-5).
Pedro aconseja a sus lectores: “estén siempre preparados para responder a cualquier persona que les pida la razón de la esperanza que hay en ustedes” (1 Pedro 3:15).
Y Judas dice: “Sentí que era necesario escribirles insistiendo en que batallasen por la fe de una vez por todas confiada a los santos”. Es el deber de todo cristiano defender su fe y destruir las creencias de sus oponentes. La estrategia bíblica elucidada arriba, con el argumento dogmático como su impulso central, equipa al creyente a “destruir argumentos” y “llevar cautivo todo pensamiento” aun cuando estamos confrontando los enemigos más astutos y hostiles de la fe bíblica.
¿Cómo debemos considerar al no-cristiano? El Salmo 14:1 declara: “dice el tonto en su corazón: “Dios no existe””. Ahora, la Biblia no llamaría tonto a quien rechaza a Zeus, Alá o Buda por ser falsos dioses, visto que solo se ocupa del Dios que revela. Por tanto, el insensato del Salmo 14 no es apenas alguien que rechaza cualquier divinidad, sino alguien que rechaza al Dios revelado en la Escritura-o sea, el Dios bíblico o cristiano. Y visto que hay solamente un Dios cristiano, el Salmo 14 no esta llamando tonto apenas al ateo, sino a cualquiera que rechace el cristianismo, aunque pueda pertenecer a una u otra religión.
Romanos 1:22-25 confirma eso: “diciéndose sabios, se tornaron locos, y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes hechas según la semejanza de el hombre mortal, así como de pájaros, cuadrúpedos y reptiles…cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a cosas y seres creados, en lugar del creador…” Así, la Biblia llama loco a cualquier no-cristiano, sea ateo, agnóstico, budista o musulmán. El Salmo 53:2 hace la suposición de que cualquiera que no busque a Dios (60) no tiene entendimiento: “desde el cielo mira Dios a los hijos de los hombres, para ver si hay alguien que entienda, si hay quien busque a Dios”. El versículo 4 dice que los “obreros de iniquidad” “no tienen conocimiento” (ERC).
Por otro lado, la escritura afirma que “el temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; todos los que cumplen sus preceptos revelan buen entendimiento” (Salmo 111:10). Proverbios 9:10 dice: “el temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santo es entendimiento”. Visto que es el temor del Señor el principio de la sabiduría, y la Biblia reconoce solamente al Dios bíblico o cristiano, la implicación es que los no-cristianos ni siquiera comienzan a ganar sabiduría. No es que ellos tengan solamente una sabiduría pequeña, sino que ni siquiera comienzan a tener cualquier sabiduría.
Mas allá de eso, la bíblica dice que es debido a su “impiedad” que los hombres “suprimen la verdad” (Romanos 1:18) concerniente a la existencia y naturaleza de Dios “por la injusticia”, aunque les haya sido dada una revelación ineludible acerca de si mismo a través del conocimiento innato de sus mentes y de las palabras de la escritura. Pablo comenta que tales individuos “no lo glorificaron como Dios, ni le rindieron gracias, mas sus pensamientos se tornaron fútiles y el corazón insensato de ellos se oscureció. Diciéndose sabios se volvieron locos” (Romanos 1:21-22).
De ese modo, la evaluación bíblica de todos los no-cristianos es que son tanto tontos como perversos. Todo no-cristiano es moral e intelectualmente defectuoso; es contra las escrituras considerar a cualquiera de ellos inteligente o moral. Ellos demuestran su falta de aptitud intelectual al fracasar en asentir a la fe cristiana, y asentir a ella en toda su entereza. Y negando el cristianismo, a despecho del conocimiento innato que Dios coloca en sus mentes y de los argumentos irrefutables de la apologética bíblica, demuestran que ellos mismos son no solo avestruces intelectuales sino también supresores de la verdad acerca de Dios. Esto es inmoralidad de la peor especie. Pablo escribe: “la ira de Dios es revelada desde los cielos contra toda impiedad e injusticia de los hombres que suprimen la verdad por la injusticia” (Romanos 1:18).
Nosotros que ahora somos cristianos éramos en algún tiempo también “separados de Dios y…enemigos en el entendimiento” (Colosenses 1:21), mas Dios nos reconcilio consigo a través de cristo (V.22). Mas los no cristianos están “sin cristo… sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12). Pablo escribe que “el dios de esta era cegó en entendimiento de los incrédulos, para que no vean la luz del evangelio” (2 Corintios 4:4), y la predicación del evangelio es para “para abrir los ojos y convertirlos de las tinieblas a la luz, y del poder de satanás a Dios, a fin de que reciban el perdón de los pecado y herencia entre los que son santificados por la fe” (Hechos 26:18).
Aunque la Biblia describa a los incrédulos como viviendo en un estado lamentable de existencia, nosotros que creemos estábamos también en tal condición. Dejados a nosotros mismos, habríamos permanecido en ignorancia y tinieblas. Es por la elección divina y por oír el evangelio que fuimos iluminados para la verdad, y llevados a la fe en Cristo. Por tanto, al decir que los incrédulos son necios, no queremos decir que aquellos que ahora son cristianos siempre fueron sabios e iluminados, mas es apenas por la soberana elección de Dios que fuimos salvos de un estado de estupidez y futilidad. No somos cristianos porque somos sabios, mas fuimos hechos sabios porque Dios nos escogió para ser cristianos. Sabiendo esto, los cristianos no deben ser arrogantes, mas, agradecidos con Dios por su salvación.
Entre tanto, la Biblia caracteriza a todos los incrédulos como tontos y perversos. Los cristianos están así obligados a ver a los no-cristianos como intelectual y moralmente inferiores. Algunos pueden pensar que esto es una evaluación excesivamente poco delicada. Eso puede ser verdadero del punto de vista de los incrédulos, mas los cristianos no deben pensar como ellos. Visto que la Biblia enseña que ellos son tontos y perversos, y que ser cristiano es creer en toda la Biblia, entonces ser un cristiano es también creer que todos los incrédulos son tontos y perversos. Por tanto, sin reservas, debemos decir con Anselmo: “¿Por qué entonces dice el Necio en su corazón: no hay Dios…sino porque era estupido y tonto?”
Nota:
(29) Robert Stern, Trascendental Argument and Scepticism; Nova Iorque: Oxford University Press, Inc., 2000; P.6.
(30) Discuto esa premisa en otra parte. Aquí estoy interesado a penas en explicar la naturaleza y el uso de la estrategia bíblica de apologética.
(31) Vea Ultimate Questions, de Vincent Cheung.
(32) Vea The Light of Our Minds, en: “the Problem of Evil”, de Vincent Cheung.
(33) Para ejemplos y explicaciones de ambos tipos, vea “Ultimate Questions, y The Light of Our Minds”, de Vincent Cheung.
(34) Alternativamente, podemos llamarlo “el argumento presuposiciónal” o “el argumento Revelacional”
(35) Merriam-Webster`s collegiate Dictionary, Tenth edition; Springfield, Massachusetts: Merriam-Webster`s, Inc., 2001.
(36) Webster`s New World College Dictionary, fourth edition; IDG Books Worldwide, Inc., 2000.
(37) The Oxford American Dictionary of Current English; Nova Iorque: Oxford University Press, 1999.
(38) Merriam-Webster`s collegiate Thesaurus. El termino “teología dogmática” es el equivalente general de “Teología sistemática” en el empleo teológico.
(39) En cuanto “imponiendo su propia voluntad u opiniones sobre otros”; Merriam-Webster`s collegiate Dictionary.
(40) Ed. L. Miller, God and Reason, second edition; Nova Jersey: Prentice – Hall, Inc, 1972, 1995; p.9.
(41) Alternativamente, podemos llamar el método “racionalismo bíblico”, “fundacionalismo bíblico”, o “presuposicionalismo”.
(42) Merriam-Webster`s collegiate Dictionary, Tenth Edition ; Sprinfield, Massachussets: Merriam-Webster`s, incorporated, 2001; “Weltanschauung” . The Cambridge Dictionary of Philosophy, Second Edition: “una cosmovisión constituye una perspectiva global sobre la vida que resume lo que sabemos acerca del mundo…”; Nova Iorque: Cambridge University Press, 2001;(Wilhelm Dilthey), P.236.
(43) O, la ley de la no contradicción.
(44) The Cambridge dictionary of Philosophy, “Skeptics”, P.850.
(45) Inducción es siempre una falacia formal, visto que ofrece conclusiones que dicen mas de lo que las premisas permiten.
(46) Merriam-Webster`s collegiate Dictionary, Tenth Edition ; “probability”
(47) Como Miller dice, el matemático (y también el racionalista) comienza con ciertas suposiciones, mas el teólogo dogmático comienza con suposiciones reveladas –esto es, información ofrecida por un Dios omnisciente.
(48)Un sistema puede alegar ser una revelación divina, mas ¿puede sobrevivir al escrutinio? Más allá de las auto-contradicciones de las alegaciones del Islam, el Corán en algunos puntos reconoce a la Biblia cristiana, mas entonces la contradice, y así la religión entera se autodestruye.
(49) Ultimate Questions, de Vincent Cheung.
(50) Mas eso puede no ser un defecto del punto de vista del incrédulo, y esa es la razón de los argumentos clásicos, son capaces de girar las presuposiciones de esa persona, que son erradas, contra su propia posición. Esto es, aunque asumamos las falsas premisas de nuestro oponente, él aun esta engañado, y el cristianismo aun esta sustentado.
(51) Esta no es la falacia del irrelevante ataque personal, mas un caso donde las premisas del oponente se vuelven contra su propia posición.
(52) También, la confiabilidad histórica de la Biblia, la resurrección de Cristo, o la superioridad de la ética bíblica.
(53) Visto que la ciencia esta constantemente cambiando, tal vez las versiones modernas de los argumentos clásicos sean más útiles contra oponentes contemporáneos, mientras que el argumento dogmático no requiere ninguna revisión. Es frecuentemente dicho que la ciencia es progresiva y que continuara progresando. Esta es una admisión táctica de que ella nunca estuvo en lo cierto y nunca lo estará. La Biblia es correcta en todo lo que afirma visto que fue escrita primero; ningún cambio o “progreso” es necesario en su contenido.
(54) Por revelación, me refiero solamente a las palabras de la Escritura, y no a las intuiciones carismáticas, visiones, sueños y profecías- que tienen sus propias dificultades epistemológicas y no son infalibles.
(55) Solamente uso ciencia y empirismo para representar la fuente de información del incrédulo, visto que los hombres modernos están a su favor. Otros métodos de descubrimiento de la verdad, como el racionalismo no-cristiano o textos religiosos no-bíblicos, son igualmente vulnerables a nuestros argumentos.
(56) El argumento trascendental es un argumento indirecto a favor de la necesidad de lo que el argumento dogmático demuestra directamente.
(57) Como Pablo dice, “hablo como insensato” (2 Corintios 11:21).
(58) La única fuente infalible de conocimiento histórico es la revelación bíblica, y nuestro conocimiento de la historia es limitado a lo que ella revela. Conocimiento secular en cualquier área nunca puede elevarse arriba del estatus de conjetura no-justificada.
(59) Esto no trae ninguna dificultad a la estrategia bíblica de apologética, sea la posición del oponente ateismo, agnosticismo, comunismo, nihilismo, budismo, mormonismo, islamismo, o sea algún otro sistema de pensamiento. El método de argumentación es lo mismo, apenas con leves modificación para dirigir los argumentos contra el pensamiento del oponente inmediato.
(60) Esto es, nuevamente el Dios cristiano-el único Dios que la revelación bíblica reconoce.
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