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Teología Sistemática:LA CAÍDA DEL HOMBRE

Por: Vincent Cheung


Adán fue creado a la imagen divina, y en el principio él era bueno y justo (Eclesiastés 7:29). Entonces Dios lo colocó en Edén para arar la tierra, y le ordenó que no comiese del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara, y le dio este mandato: "Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás."

(Génesis 2:15-17)

Pero Satanás vino en la forma de una serpiente, engañó a la mujer y le hizo comer del árbol, y ella, consecuentemente, dio a Adán del fruto del árbol para comer. De esta manera, ambos pecaron contra Dios (Génesis 3:1-13; 1 Timoteo 2:14). Entonces Dios pronunció una maldición contra ellos que incluyo dolor, trabajo duro y muerte (Génesis 3:16-19), y los expelió a los dos del Edén (Génesis 3:23). Así el hombre cayó de su estado original.

El pecado produjo efectos devastadores en la humanidad. LA REPRESENTATIVIDAD FEDERAL de Adán se refiere a su papel como el represéntante de toda la humanidad en el Edén. La escritura enseña que, cuando él pecó, actuó en el lugar de todos sus descendientes en la mente divina.(28) Por tanto, cuando Adán cayo en pecado, toda la humanidad cayo con él: “…el pecado entro en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así también la muerte vino a todos los hombres…una sola transgresión resultó en la condenación de todos los hombres…” (Romanos 5:12-18).

Adán representó a la raza humana en el Edén como un “cabeza federal” y no como un “cabeza orgánico”. Toda la humanidad esta condenada por su pecado, no por causa de la relación física con él, sino porque él la representaba en la mente divina; esto es, Dios soberanamente determino que Adán representase a toda la humanidad en el Edén (29). Por lo tanto, toda persona concebida después de Adán está condenada por la culpa heredada incluso antes de que el individuo tenga una oportunidad de cometer cualquier pecado personal. Cuando él pecó, toda la humanidad pecó; cuando él estuvo bajo condenación, toda la humanidad estuvo bajo condenación (Romanos 5:18).


El termino PECADO ORIGINAL se refiere a la culpa heredad, antes que al pecado cometido por Adán. Concuerdo con Wayne Grudem en que el término es engañoso (30). Las alternativas incluirían “culpa original” y “pecado heredado”, pero “culpa original” puede ser comprendida incorrectamente como refiriéndose al pecado de Adán, y “pecado heredado” puede ser comprendido incorrectamente como refiriéndose a la transmisión de la culpa basada en nuestra relación física con él. Pero como Adán fue nuestro representante en la mente de Dios, así su culpa nos fue imputada en la mente divina. Así, CULPA IMPUTADA es un término mas acertado, y establece un buen paralelo a la JUSTICIA IMPUTADA que el elegido recibe por la fe en la obra de Cristo.

Más allá de Romanos 5:12-19, los siguientes versículos bíblicos también apuntan a la culpa imputada que recibimos de Adán:

Se que soy pecador desde que nací, si, desde que me concibió mi madre (Salmo 51:5).

Los impíos yerran el camino desde el vientre, se desvían los mentirosos desde que nacen (Salmo 58:3).

Pues de la misma forma como en Adán todos mueren, en Cristo todos serán vivificados ( 1 Corintios 15:22).(31)

No solamente heredamos de Adán la culpa del pecado, también una naturaleza pecaminosa. Esto significa que no somos culpados a los ojos de Dios apenas por causa de su pecado, más que también poseemos una disposición para pecar y revelarnos contra las leyes divinas. Grudem usa el termino CORRUPCION HEREDADA para designar esta disposición pecaminosa que recibimos de Adán (32). Muchas personas están a favor de la enseñanza de la filosofía secular que dice que los seres humanos nacen con una disposición para el bien; con todo, la Biblia enseña otra cosa. Proverbios 22:15 dice: “la insensatez esta ligada al corazón del niño”. Pablo declara que todos seguíamos nuestra “naturaleza pecaminosa” antes de que Dios nos regenere, y que “somos por naturaleza objetos de ira” (Efesios 2:3).

Muchas personas resisten a la enseñanza bíblica sobre la culpa imputada y la corrupción heredada. Incluso algunos cristianos profesos negarían que han pecado alguna vez.(33) Ellos pueden admitir haber hecho muchas cosas por causa de su “flaqueza humana”, y que cometieron “engaños”, mas ellos insisten en que seria una exageración rotular lo que ellos hacen como “pecados”. El problema es que la definición de pecado de ellos esta lejos de aquella dada en la escritura.



La Biblia define pecado como la transgresión de la ley moral de Dios: “todo aquel que practica el pecado transgrede la ley; de hecho, el pecado es la transgresión de la ley” (1 Juan 3:4). Una persona peca cuando no consigue hacer lo que Dios ordena que él haga, o cuando hace lo que él prohíbe hacer. Ahora, si el pecado es una violación de la ley moral de Dios, entonces si una acción particular es pecaminosa debe ser definido por su relación con esta ley, esto es, debe ser verificado si una violación realmente ocurrió. Y visto que la ley moral de Dios trata con todas la áreas de pensamiento y conducta, sea por mandamiento explicito o por inferencia necesaria, nuestros pensamientos y acciones nunca son moralmente neutros (1 Corintios 10:31).

Jesús deja en claro que cada mandamiento moral que cada mandamiento moral de Dios no solamente gobierna las acciones de una persona, también sus pensamientos. El asesinato no incluye solamente el acto físico de matar a otro ser humano sin justificación bíblica (34), mas él es un pecado de la mente también:

"Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: 'No mates,* y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal.' Pero yo les digo que todo el que se enoje* con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte* a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga* quedará sujeto al juicio del infierno.*

(Mateo 5:21-22)

De la misma forma la ley moral que prohíbe el adulterio no se aplica solo al acto de la infidelidad sexual, el adulterio es también un pecado de la mente: “ustedes oyeron que fue dicho: no adulteraras. Mas yo les digo: cualquiera que mire a una mujer para desearla, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5:27-28).

Jesús explica que el pecado procede de la mente: “pues del interior del corazón de los hombres vienen los malos pensamientos, inmoralidades sexuales, robos, homicidios, adulterios, codicias, maldades, engaño, libertinaje, envidia, calumnia, arrogancia e insensatez” (Marcos 7:21-22). Los que parecen ser pecados físicos son, en realidad, primeramente concebidos en la mente; por tanto, aunque no todos los pecados de la mente resulten en expresiones físicas, todos los pecados físicos implican pecados anteriores de la mente. Algunas personas cometen menos pecados físicos que otras, pero todos nosotros frecuentemente desagradamos a Dios en nuestros pensamientos. Mas allá de esto, Jesús dice en Mateo 12:36: “mas yo les digo que, en el día del juicio, los hombre habrán de dar cuenta de toda palabra descuidada que hubieren hablado”. ¿Cuántos de nosotros nunca pronunciamos aunque sea una “Palabra descuidada”?

Pablo escribe que “todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23), y Juan dice: “si afirmamos que estamos sin pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no esta en nosotros… si afirmamos que no hemos cometido pecado, hacemos de Dios un mentiroso, y su palabra no esta en nosotros” (1 Juan 1:8-10). El Salmo 130:3-4 indica que, a menos que Dios perdone a alguno de nosotros, ninguno puede ser justificado en su presencia: “si tu, soberano señor, registrases los pecados, ¿Quién escaparía? Mas contigo esta el perdón para que seas temido”. Por consiguiente nadie puede decir que es inocente delante de él.


No solamente toda persona es culpable desde el nacimiento por causa de la imputación del pecado de Adán, mas toda persona heredó de él una disposición pecaminosa, que la hace desafiar a Dios en pensamiento y acción durante toda su vida. El resultado es que todo hombre camina hacia la eterna condenación, a menos que haya algún tipo de intervención.

El pecado operó un daño considerable en la persona humana. Algunas personas van al punto de argumentar que, aunque Dios haya creado a Adán a la imagen divina, la caída arruinó y distorsionó de tal forma esa imagen que lo que Adán paso a su posteridad no fue la imagen de Dios, sino la imagen del hombre. Proponentes de esta opinión frecuentemente elaboran su argumento partiendo de Génesis 5:1-3 que Dice: “este es el registro de la descendencia de Adán: cuando Dios creo al hombre, a semejanza de Dios lo hizo; hombre y mujer los creo. Cuando fueron creados, él los bendijo y los llamo hombre. A los 130 años Adán engendro un hijo a su semejanza conforme a su imagen; y le dio el nombre de Set”.

Con todo, el pasaje no indica que ella fue alterada de tal forma, o arruinada, que no sea más la imagen divina. El pasaje dice que Dios hizo a Adán a su imagen, y Adán a su vez, tuvo una descendencia a su propia imagen. Si A=B y B=C, entonces A=C. El pasaje no declara si la imagen había mudado o como había mudado. Su propósito es retratar la continuación de la imagen de Dios en la humanidad, en vez de su abolición. Si la imagen permaneció igual en Adán, entonces ciertamente su descendencia también nacería a la imagen divina.

Otros pasajes bíblicos indican que la imagen de Dios en el hombre realmente permaneció intacta. Algunas generaciones después del tiempo de Adán, Dios dijo a Noe, que el asesinato seria castigado con la muerte, pues “porque a la imagen de Dios fue creado el hombre” (Génesis 9:6). El apóstol Santiago raciocina de la misma forma, que es errado maldecir a otros seres humanos, pues ellos fueron “hechos a la semejanza de Dios” (Santiago 3:9).

Apelar a la imagen de Dios en el hombre seria ilegitimo si este no existiese como la imagen de aquel, pero estos dos ejemplos de apelación a la imagen divina son obviamente autorizado y legítimos, visto que el primero viene de Dios y el segundo de un apóstol. También, si el hombre es definido por esta imagen, entonces él ya no seria hombre si ella estuviera tan desfigurada o distorsionada de su forma original, ni podría ser llamada imagen de Dios.

Con todo, esto no significa que la imagen de Dios en el hombre quedo completamente intacta por el pecado. Tras la caída del hombre, y ya en Génesis 6:5, “el Señor vio que la perversidad del hombre había aumentado en la tierra y que toda la inclinación de los pensamientos de su corazón era siempre y solamente para el mal”. Este versículo ofrece una descripción apropiada de la naturaleza pecaminosa del hombre, que es la “inclinación de los pensamientos” hacia el mal. Pablo dice que satisfacer “las pasiones de nuestra naturaleza humana” es seguir “sus deseos y pensamientos” (Efesios 2:3). De la misma forma Jesús dice: “pues del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las inmoralidades sexuales, los robos, los falsos testimonios y las calumnias” (Mateo 15:19).

Así, la Biblia define la naturaleza pecaminosa en el hombre como la disposición maligna de la mente, o la disposición para pensar y actuar contra los preceptos de la escritura. Todos los descendientes de Adán, excepto Cristo heredaron tal disposición:

Quien vive según la naturaleza pecaminosa tiene la mente inclinada para lo que esta naturaleza desea; mas quien vive de acuerdo con el Espíritu, tiene la mente inclinada para lo que el Espíritu desea. La mentalidad de la naturaleza pecaminosa es muerte, mas la mentalidad del Espíritu es vida y paz; la mentalidad de la naturaleza pecaminosa es enemiga de Dios porque no se somete a la ley de Dios, ni puede hacerlo (Romanos 8:5-7).

El dios de esta era cegó la mente de los incrédulos, para que no vean la luz del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios (2 Corintios 4:4).

Antes ustedes estaban separados de Dios y eran enemigos en sus mentes, [conforme es demostrado por el] (35) mal procedimiento de ustedes (Colosenses 1:21).

Entre otras cosas, y de acuerdo con lo expuesto arriba, la Biblia retrata al pecado como un lapso en la racionalidad. Eclesiastés 7:25 menciona “la estupidez de la impiedad”(36), y proverbios 6:32 dice, “el que adultera con una mujer es falto de entendimiento”(ERC). Hablando de aquellos que rechazan adorar al Dios verdadero, Pablo escribe: “diciéndose sabios se tronaron necios” (Romanos 1:22). La rebelión contra Dios definitivamente no tiene sentido. En cuento alguien desobedeciere la escritura, el es deficiente en julio y entendimiento. Por otro lado, “el temor del Señor es el principio de la sabiduría; todos que cumplen sus preceptos revelan sensatez” (Salmos 111:10).

La inferencia de estos versículos es que, aunque el equipamiento intelectual del incrédulo permanezca en existencia, la disposición pecaminosa de su mente le hace razonar a partir de permisas falsas. Su mente esta cegada en contra de la verdad de Dios, y le hace seleccionar primeros principios errados con los cuales él construye su cosmovisión. El resultado es un punto de vista completamente falso e ilusorio de toda la realidad. Aunque el incrédulo comience a partir de premisas verdaderas, tales como las proposiciones bíblicas, su mente pecaminosa aun errara en el raciocinio, y producirá falsas conclusiones a través de deducciones falaces (37).

Esto corresponde a una declaración anterior en este libro de que todos los no cristianos son intelectualmente defectuosos. Sus pensamientos son controlados por preconceptos y falacias, de forma que ellos consistentemente llegan a conclusiones hostiles a Dios. Recuerde que es la mente racional del hombre que refleja su semejanza con Dios; por tanto que el mal afectó el intelecto del hombre significa que él penetro en el centro de su ser. Esto de arriba demuestra que, aunque él aun retenga su semejanza con Dios en el hecho de que aun posee una mente racional, su racionalidad fue tan arruinada que ahora él nace con una disposición para el mal. Las consecuencias destructivas del pecado en la mente del hombre son llamadas EFECTOS NOÉTICOS DEL PECADO.


Para comprender el plan redentor de Dios precisamos captar hasta donde cayó el hombre. El efecto del pecado sobre el aspecto espiritual del hombre fue más que un golpe mutilador; fue un golpe fatal. Los no regenerados no están solo enfermos y ciegos espiritualmente (Lucas 5:31; Mateo 15:14), mas también espiritualmente muertos. Y, visto que están espiritualmente muertos, ellos son completamente incapaces en lo que se refiere a las operaciones espirituales. Eclesiastés 9:3 dice: “también el corazón de los hijos de los hombres esta lleno de maldad; hay desvaríos en su corazón durante toda su vida” (ARA), y el profeta Jeremías observa: “el corazón es mas engañoso que cualquier otra cosa y su enfermedad es incurable” (Jeremías 17:9). El hombre en su condición no regenerada es descrito aquí como malo, tonto e incurable. Así como una persona muerta no puede pedir o responder a cualquier ayuda, un pecador no puede alcanzar o preparase para la salvación por su propia voluntad o esfuerzo, y en si mismo él no puede ni siquiera decidir arrepentirse o aceptar la misericordia divina.

Los versículos bíblicos que indican que el incrédulo está espiritualmente muerto incluyen los siguientes:

—Sígueme —le replicó Jesús—, y deja que los muertos entierren a sus muertos.

(Mateo 8:22)

Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.”Así que empezaron a hacer fiesta.

(Lucas 15:24)

Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.”»

(Lucas 15:32)

Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quienes a él le place.

(Juan 5:21)

En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados,

(Efesios 2:1)

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados!

(Efesios 2:4-5)

Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte.

(1 Juan 3:14)

De este modo, la Biblia enseña lo que es llamada DEPRAVACION TOTAL del hombre; con todo, el término puede ser engañoso. Él no pretende decir que todo ser humano es tan maligno cuanto pueda ser, y sí que el daño efectuado por el pecado del hombre es amplio y penetrante, de forma que cada parte de la persona humana fue afectada por el mal.

Este daño es de tal extensión que el hombre está espiritualmente muerto, y así él es incapaz de, incluso, cooperar con Dios con respecto a la salvación. Esto significa que a menos que los incrédulos experimenten la regeneración o la resurrección espiritual, ellos nunca reconocerán la verdad del mensaje del evangelio, y nunca aceptaran a Cristo. Todavía, visto que ellos no pueden realizar o facilitar su propia regeneración espiritual, el nuevo nacimiento ocurre solamente por la divina gracia soberana.




Notas:

(28) para ser mas preciso, él representó solamente a cada miembro perteneciente al grupo de personas atribuidas a él en la mente de Dios, que es todo miembro de la raza humana, excepto Cristo. Cristo fue descendiente de Adán en el sentido de que él tomó los atributos humanos en su encarnación, más él no tenia pecado, y nació sin culpa imputada o corrupción heredada. Esto confirma que los efectos del pecado de Adán fueron soberanamente imputados a sus descendientes, y no pasados por su relación física con ellos. El mismo Cristo fue cabeza federal de los elegidos, y la escritura lo llama el otro “Adán” (1 Corintios 15:45).

(29) Algunas personas pueden objetar que es injusto que Dios haya escogido a Adán como nuestro cabeza federal sin nuestro consentimiento. Una vez mas, la respuesta es que visto que Dios es la única autoridad moral, todo lo que el hace es justo por definición.

(30) Wayne Grudem, Systematic Theology; Grand Rapids, Michigan: Zondervan Publishing House, 1994; P.494-495.

(31) Este versículo no enseña la salvación universal o la expiación universal. En verdad, dado el hecho que la escritura niega en otros lugares la salvación universal, el versículo necesariamente enseña la expiación particular con Cristo como el cabeza federal de los elegidos. Adán represento a cada miembro en su grupo, y todos en la humanidad murieron en él. Cristo también representó a todo miembro en su grupo, y todo miembro en este grupo fue vivificado. Con todo, no todo miembro de la raza humano será salvo; luego, Cristo no represento a todo miembro de la raza humana, mas solamente a los elegidos.

(32) Grudem, P.496.

(33) Ciertamente, los tales no son cristianos genuinos.

(34) Matar a un ser humano con justificación bíblica no es asesinato, tal como la ejecución de un criminal violento.

(35) Esta es una traducción alternativa que consta en las notas de rodapié en la NVI.

(36) Una traducción alternativa es “la impiedad de la estupidez”. Ambas traducciones relacionan el mal en el hombre a su racionalidad disminuida o inconsistente.

(37) Esto significa que el incrédulo nunca puede descubrir la verdad por si mismo, y aunque la verdad le sea dada, el nunca lograra captarla o reconocer sus implicaciones. Así, Jesús dice: “nadie puede ver el Reino de Dios, si no naciere de nuevo” (Juan 3:3), y tal nuevo nacimiento debe ser iniciado y completado por Dios sin cualquier cooperación del hombre.

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